Tras el éxito de De ninguna parte, de Julia Navarro (Plaza & Janés) y de Infierno en el Paraíso, de Clara Sánchez (Planeta), en las que ambas denunciaban la espantosa situación de la mujer bajo el islamismo radical, era cuestión de tiempo que uno de los corresponsales que mejor conocen el problema, Antonio Pampliega (Madrid, 1982) debutara en la novela con un relato sobre la terrorífica situación de la mujer en Afganistán. A fin de cuentas, Pampliega permaneció 299 días secuestrado por Al Qaeda en Siria y fue entonces, según explica en las primeras páginas del relato, cuando comenzó a escribir esta emocionante novela que tiene tanto de homenaje como de acusación.
Su protagonista, Ariana, es una adolescente huérfana de madre y con su padre condenado a cinco años de cárcel por culpa de su tío Mustafá, un exaltado líder talibán que es también responsable de la muerte de su hermano Abdu. Sin más compañía que su hermana Pardavan y su mejor amigo, Ariana intenta huir de su destino, ya que Mustafá pretende casarla cuando cumpla 14 años. El destino de Pardavan, por su parte, también está marcado. Lo que podría derivar en un insufrible culebrón se convierte, gracias a Pampliega, en un relato trepidante, rebosante de sorpresas… y sin final feliz.