El escritor y periodista chileno-argentino Cristian Alarcón ha ganado el Premio Alfaguara con su primera novela, El tercer paraíso. El galardón, uno de los más importantes de cuantos se conceden en el ámbito de la literatura en español a una obra inédita, está dotado con 175.000 dólares (unos 154.000 euros), una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea en todo el territorio de habla hispana.
El fallo ha sido comunicado en un acto celebrado en el Casino de Madrid, y en conexión telemática con Latinoamérica. El jurado, que ha elegido la obra de Alarcón por unanimidad entre siete finalistas, ha estado compuesto por los escritores españoles Fernando Aramburu (en calidad de presidente), Ray Loriga y Olga Merino, así como por la escritora y librera argentina Paula Vázquez, la editora y presidenta de la FIL de Guadalajara Marisol Schulz Manaut y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), la directora editorial de la división literaria del grupo Penguin Random House, grupo al que pertenece el sello Alfaguara.
En su fallo, el jurado ha destacado "el vigor narrativo de una hermosa novela con una estructura dual ambientada en diversos parajes de Chile y Argentina. El protagonista reconstruye la historia de sus antepasados al tiempo que ahonda en su pasión por el cultivo de un jardín en busca de un paraíso personal. Abre la puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio ante tragedias colectivas".
La novela, escrita durante la pandemia de coronavirus, incluye también en su contexto la presencia de esta crisis global. Se acerca el confinamiento de 2020 y el protagonista siente la tentación de retirarse a su cabaña en las afueras de Buenos Aires para hacer frente desde allí a lo que pueda venir. Mientras espera, cultiva un jardín con todo tipo de plantas y flores. Su amor por la naturaleza le lleva a indagar en la formación del pensamiento científico, el nacimiento de la botánica y la gran aventura de las expediciones europeas del siglo XVIII. Al mismo tiempo, rememora la historia de su familia, que fue arrancada de cuajo de sus raíces en Daglipulli, Chile, por la dictadura de Pinochet.
"Prosa precisa" y "delicadeza" son algunos de los elogios que ha dirigido el escritor y miembro del jurado Ray Loriga al autor mediante videoconferencia durante el acto. Aramburu, encargado de leer el fallo, ha considerado la novela "esperanzadora". Por su parte, Schulz ha destacado cómo el autor refleja la "importancia de las tradiciones culturales y de honrar a los ancestros", pero sobre todo destaca su reivindicación de la "felicidad". Olga Merino ha considerado la obra como una novela "redonda, muy literaria y a la vez muy fresca".
El autor, que reivindica una visión feminista en la relectura de la historia de América Latina, ha tenido palabras de agradecimiento para su madre y sus abuelas. "Las mujeres que me preceden han sembrado todo lo que ha crecido en Latinoamérica. Nuestras ciudades están hechas de campesinos, y esta es una novela que vuelve al campo con ganas de divertirse, de pasarlo bien, y de que esto sea más llevadero".
También ha reconocido la impronta, en su mirada de cronista, de Ryszard Kapuscinski, a quien conoció en 2001 gracias a una beca de la Fundación Gabriel García Márquez. "Todos los que asisitimos a aquel taller hicimos dos cosas: escribir libros y fundar medios de comunicación".
Desde comienzos de los noventa, Alarcón se dedicó al periodismo de investigación y a la escritura de crónicas en los diarios Clarín, Página 12, Crítica de la Argentina y en las revistas TXT, Rolling Stone y Gatopardo. En sus libros Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (2003) y Si me querés, quereme transa (2010) cruza la literatura con la etnografía urbana convirtiendo relatos urgentes en novelas de no ficción. En el libro Un mar de castillos peronistas (2013) escribe crónicas de viaje y perfiles de personajes disidentes, subalternos y marginales. En el año 2012 fundó la revista Anfibia y el sitio Cosecha Roja, donde ha experimentado con los límites de la narrativa de no ficción. Sus indagaciones más recientes tienen que ver con la relación entre el periodismo y el arte.
El autor fue profesor visitante en el Lozano Long Institute of Latin American Studies de la Universidad de Austin, Texas, y en la Universidad de Lille, Francia. Ha sido galardonado con el Samuel Chavkin Prize, el Premio Konex–Diploma al Mérito en la categoría Crónicas y Testimonios (2014) y el Premio Perfil a la libertad de expresión (2019). Es profesor titular de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata y dirige la Maestría en Periodismo Narrativo de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán y polaco.
El premio
El plazo de recepción de originales finalizó el pasado 31 de octubre y han concurrido a la convocatoria de esta edición 899 manuscritos: 131 desde Argentina, 87 desde Colombia, 43 en Chile, 408 por España, 57 desde Estados Unidos, México con 119 y Perú y Uruguay con 29 y 25 respectivamente.
El premio Alfaguara cumple un cuarto de siglo justo después de haber recibido la editorial el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural correspondiente a 2021, distinción que concede el Ministerio de Cultura y Deporte.
La editorial fundada en 1964 por el escritor Camilo José Cela —de cuya muerte acaban de cumplirse 20 años—, obtuvo este reconocimiento "por su papel en la historia de la edición española, por su contribución a la formación de los lectores en la mejor narrativa internacional, por su papel en la difusión de la creación en español de ambas orillas y por su aportación innovadora a la literatura infantil y juvenil".
La primera edición del Premio Alfaguara se celebró por primera vez en 1965, y desapareció hasta que más de tres décadas después, en 1998, fue relanzado por el periodista y escritor Juan Cruz, director literario de Alfaguara entre 1992 y 1998. Desde entonces, más de 2,7 millones de lectores de ambas orillas del español han leído las obras ganadoras.
La consejera editorial del grupo Penguin Random House, Nuria Cabutí, ha recordado la historia del premio desde su resurgimiento en 1998, año en que adquirió una "notable vocación panhispánica" y en el que Carlos Fuentes ejerció como presidente del jurado, reunido en el Hotel Palace de Madrid. Ese año no hubo un ganador, sino dos, los autores latinoamericanos Sergio Ramírez y Eliseo Alberto. Desde entonces, la misión del premio ha sido "apoyar el mejor talento de nuestra lengua común", ha señalado la editora.
El año pasado ganó el premio la escritora colombiana Pilar Quintana por su obra Los abismos. En años anteriores han ganado autores como Mario Vargas Llosa, Eduardo Mendoza, Antonio Muñoz Molina, Luis Mateo Díez, Rosa Montero, Javier Cercas, Héctor Abad Faciolince o Fernando Aramburu, entre otros.