La obra del inmarcesible Dante Alighieri sigue siendo una referencia fundamental en la poesía 700 años después de su fallecimiento. Tras la publicación de Infierno en 2020 y Purgatorio en 2021, la editorial de la Universidad Francisco de Vitoria publica Paraíso, el tercer cántico de la Divina Comedia. Incluida en la serie “Experiencias”, la publicación se inserta en la Colección Digital del sello y está complementada con los comentarios de Franco Nembrini, especialista en Dante, y las ilustraciones de Gabriele Dell’Otto, jefe de los ilustradores de Marvel.
Título: Paraíso. Divina Comedia de Dante Alighieri
Autores: Franco Nembrini (comentarios) y Gabriele Dell'Otto (ilustraciones)
Editorial: Universidad Francisco de Vitoria
Año de edición: 2021
Disponible en Editorial UFV
Disponible en Unebook
La Carta apostólica Resplandor de la luz eterna (Candor lucis aeternae) del Papa Francisco sirve como introducción a la obra. Publicada el 25 de marzo de 2021 y dedicada a Dante, corresponde a la conmemoración del VII centenario de la muerte del poeta. El Papa cree que las palabras de Dante arrojan luz sobre la deshumanización del hombre en los tiempos actuales y sus versos deben rescatarse para volver sobre el camino de la bondad y el amor. Además, insiste en una las ideas centrales de la Divina Comedia: “Abrir los ojos y ver las cosas como son”.
Dividida en nueve parágrafos, la Carta apostólica repasa al inicio algunas alusiones de varios pontífices sobre Dante. Desde 1921 con Benedicto XV hasta la actualidad, Dante ha sido considerado por la iglesia católica un “paradigma de la condición humana”. “Poeta de la misericordia de Dios”, su discurso es “realista” y “posible”, dice el Papa, al tiempo que reclama a las comunidades religiosas que su mensaje de “paz, libertad y fraternidad” trascienda más allá de las instituciones académicas.
Paraíso es la parte “más difícil” de la Divina Comedia, advierte Nembrini en uno de los comentarios previos a la obra, pero “a la vez el más bello” de los cánticos. Escrito desde principios del siglo XIV hasta 1321, año de la muerte del poeta, la complejidad de Paraíso reside en el espacio que consigna: un no lugar celestial que se erige como destino de su tránsito por el sufrimiento, el dolor y la muerte en los terrenales Infierno y Purgatorio. Dante logra mirar las cosas desde los ojos de Dios, como el Creador lo haría. Por un lado, alcanza la plenitud religiosa, pero también la artística. En su eterna búsqueda por la belleza, Paraíso constituye la más alta expresión de su poesía.
Compleja pero asequible
Para la estructura de este tercer cántico, Dante adopta la descripción del universo propuesta por Aristóteles. Paraíso consta de diez estadios etéreos o “cielos” a los que se incorporan hasta 33 cantos. Las siete primeras esferas concéntricas corresponden a cuerpos celestes: la Luna, el Sol y los cinco planetas de los entonces se tenía constancia: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La octava remite a cuerpos celestes inmóviles o “estrellas fijas” que simbolizan la fe, la esperanza y el amor. La novena referencia el “Primer Móvil” (los ángeles), y se trata de la más exterior de las esferas en el modelo geocéntrico del universo. Fue añadida por Ptolomeo “para explicar el origen de los movimientos celestes”.
El “Empíreo” es el décimo estadio y el que da sentido a la obra. Se trata del más alto de los cielos, la morada de Dios. Dante asciende a los cielos y consigue “alcanzar El convite empíreo”, según las palabras de Nembrini, “para regresar a la tierra y contarlo”. Al final de la obra, el poeta intenta comprender cómo se combinan esos círculos.
Hacia esa comprensión se aproxima Nembrini con sus comentarios, que hacen de la obra un producto asequible, un mérito añadido teniendo en cuenta la complejidad del conjunto. No obstante, “Dante está hablando para todos”, nos dice el especialista. Y añade: “Tan es así que escribe en lengua vulgar”. En cualquier caso, el poeta invita a seguir su camino “a quien experimente un deseo verdadero, una necesidad acuciante de encontrar el significado de la vida”, concluye Nembrini, cuyas observaciones enriquecen el texto original en italiano antiguo, revisado desde Italia junto al texto en español en la misma página.