El Ayuntamiento de San Sebastián rechazó este jueves en su pleno municipal, por aplastante mayoría, conceder la Medalla de Oro de la ciudad a título póstumo al escritor Pío Baroja, de cuyo nacimiento se cumplen 150 años este 2022.
La propuesta surgió del Partido Popular y solo obtuvo el voto a favor de sus tres concejales, mientras que los otros 24 votaron en contra. Tras leer una reseña biográfica del autor de El árbol de la ciencia, el edil popular Jorge Mota consideró que Baroja merecía tal distinción por ser “el donostiarra más universal”.
En sus turnos de palabra, todos los grupos restantes se mostraron en contra de la concesión de la medalla, aunque reconocieron la importancia de Baroja y la necesidad de difundir y promover la lectura de su obra con diversas actividades en este año de su aniversario, que se cumplirá el 28 de diciembre. “No parece que la figura de la medalla de oro sea la más adecuada para profundizar en su figura y en su obra”, afirmó Aitzole Araneta, de Elkarrekin Donostia. Pero “a falta de medallas”, abogó por la realización de “programas y eventos culturales y literarios” sobre todo para difundir su obra “entre las nuevas generaciones que tienen menos conocimiento de su trayectoria”. La concejala propuso acciones en jornadas literarias, en el Día del Libro, representaciones teatrales basadas en sus obras, visitas guiadas por los lugares que aparecen en sus obras o concursos literarios.
La portavoz socialista Marisol Garmendia pronunció un discurso similar al de Araneta. Destacó que este 150.º aniversario del nacimiento de Pío Baroja “no puede pasar desapercibido en su ciudad natal, que se presume culta, lectora, artística, cinéfila y escritora, y que fue Capital Europea de la Cultura en 2016”. Defendió que el ayuntamiento, a través de Donostia Kultura, debe organizar “una programación cultural potente y de calidad” para celebrar a “don Pío”. Pero acto seguido, rechazó también la concesión de la Medalla de Oro de San Sebastián y alegó que el escritor ya tiene “reconocimientos en espacios públicos”, como un busto y una placa que señala la casa en que nació.
En la misma línea se expresaron el edil de EH Bildu Zigor Etxeburua y el concejal de Cultura del gobierno municipal, Jon Insausti, del PNV, que aseguró que su formación rechazaba la medalla, pero no a Baroja, y aseguró que el escritor tiene “una presencia constante” en la programación cultural de la ciudad. Curiosamente, debido a una mala traducción simultánea del euskera al castellano a través del auricular, el edil popular creyó que había apoyado la propuesta, por lo que, sorprendido, le dio las gracias segundos antes de ser corregido por el propio Insausti y otros miembros del pleno.
Ante la promesa de elaborar un programa de actividades a la altura del 150.º aniversario del nacimiento de Baroja, que se cumple el 28 de diciembre, Jorge Mata replicó que “estamos a finales de febrero y todavía no hay ni una sola propuesta”.
Además, el edil popular reprochó que en reuniones previas los demás grupos hubieran esgrimido que no es posible según el reglamento conceder la medalla a título póstumo, cuando eso no fue obstáculo para que la recibieran Gregorio Ordóñez, político del PP asesinado por ETA, o el cantautor Mikel Laboa.
En su negativa a concederle la Medalla de Oro a Baroja, la socialista Garmendia recordó las “opiniones críticas” del escritor sobre la ciudad de San Sebastián, “que no le gustaba nada”. Citó textualmente al autor, que escribió en Juventud, egolatría en 1917 que “el espíritu de la ciudad es lamentable. Allí no interesa la ciencia, ni el arte, ni la literatura, ni la historia, ni la política, ni nada”, y llegó a afirmar: “Yo no tengo ciudad. Hoy por hoy me considero extraurbano”. Por tanto, cabe pensar que, aunque no le vayan a dar la medalla, tampoco la habría querido.