'La plaça del Diamant', una realidad intolerable
Mercè Rodoreda se centra en los difíciles años que van desde la Segunda República a la Posguerra, pasando por la Guerra Civil, y cuenta la vida ordinaria de una mujer de barrio
7 marzo, 2022 08:46Escrita en catalán por Mercè Rodoreda (Barcelona, 1908 - Gerona, 1983), y traducida al castellano tres años después por Pere Gimferrer, el argumento de La plaça del Diamant se centra en un tiempo de nuestra Historia reciente, en los difíciles años que van desde la Segunda República a la Posguerra, pasando por la Guerra Civil, y cuenta la vida ordinaria de una mujer de barrio, tal como se desarrolla en la Barcelona de entonces.
Un aspecto clave de la obra es el tipo de narrador. Se trata, en realidad, de una narradora que aporta su personal punto de vista sobre la vida, porque es ella la que cuenta desde su interior. Natàlia, que tiene como apodo “Colometa”, es una mujer obligada a vivir un período cruel que transforma su carácter. Al principio, acepta sin quejarse lo que la vida le presenta, pero con el paso de los años, los contratiempos se acumulan hasta el punto de convertir su existencia en una realidad intolerable.
En su trayectoria vital, “Colometa” tiene que hacer frente al trato vejatorio de su marido, que se convierte en un ocioso y que finalmente se marcha a la guerra. Pero también atraviesa por serias dificultades económicas que la llevan a pasar hambre, sufre la muerte de algunos de sus seres queridos (su padre y su compañero), y tiene que sacar adelante a sus hijos, con las dificultades que eso entraña a finales de la década de los treinta en una Barcelona destruida por la guerra.
Como toda buena obra, La plaça del Diamant tiene varias lecturas. No solo es un retrato social y político que refleja la dureza y la iniquidad de nuestro conflicto bélico. Además, muestra, desde una sensibilidad compasiva, la realidad de las mujeres en una época en la que apenas se contaba con ellas, entre otras cosas porque estaban sometidas a los designios de la autoridad masculina. “Colometa” representa también a una madre luchadora, capaz de volverse de corcho para sobrevivir en un mundo inhospitalario, y a una mujer que recupera su sensibilidad y la fe en los demás cuando alguien, finalmente, le devuelve el afecto y la ternura.