Jefa de prensa del grupo Penguin Random House primero, editora después y ahora profesora de literatura, Desirée Baudel (Barcelona, 1978) debuta como narradora con una novela tejida de breves relatos protagonizados por una mujer que arde de angustia, recuerdos y ansiedad.
De sus sueños, sus vacíos y temores da cuenta a un psiquiatra que le recomienda unas pastillas mágicas contra la depresión que le susurran “tómame”, como si de una moderna Alicia en el país de las desdichas se tratara. Y escribe, escribe incansablemente del calor, del frío, del deseo, de la necesidad de huir, de su reciente maternidad y de su hija Lea, de sus veranos en el pueblo y de sus abuelos.
O de su casa actual, tan pequeña que apenas caben sus sueños, y de sus problemas con la comida, o de su trabajo, de la abundancia de taxistas que al llevarla a la editoral se acuerdan de que tienen una novela inédita en busca de lector, y de los jóvenes que le ofrecen la gran novela distópica en castellano o de los caprichos de algunos de los consagrados. Hay mucha y buena literatura en esta ópera prima de Baudel, mucha verdad y mucho oficio. Abrasa.