Cristina Peri Rossi, uruguaya de nacimiento (Montevideo, 1941), es una verdadera mujer fuerte. Alguien acostumbrada a luchar en casi todos los frentes. Se marchó de Uruguay en 1972, cuando la inminencia de lo que era una tremenda dictadura militar obligó a gente libre, muchos escritores (Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti) a marchar de su país, que muy pronto incluso les privaría de su nacionalidad. Fue el caso de Cristina, militante de izquierdas, profesora universitaria, y feminista desde el lesbianismo.
Cuando alguna vez le comenté a Cristina por qué no volvía a Uruguay (el clima húmedo de Barcelona le daña, pero resiste) me contestó que, aunque tardó años, no pocos, en sacudirse la enorme nostalgia de Montevideo, en Uruguay —añadió—, muertas su única hermana y su madre anciana, no tenía nada ni prácticamente a nadie. Le argumenté que podía ser una de las figuras literarias cimeras del país, y más mujer.
Me dijo —cuando Cristina se pone seria es terrible— que la figura cimera es Ida Vitale (pocas simpatías mutuas) y que, además, una mujer lesbiana lo tendría siempre más difícil que otra heterosexual. Quedé convencido: Cristina Peri Rossi, hispanouruguaya, premio Cervantes 2021, no volverá a Uruguay. Tampoco volvió Juan Carlos Onetti. Mario Benedetti, al contrario, regresó.
Pero existe una Cristina —antes del 72— meramente uruguaya y ya notable. El gran crítico Ángel Rama (en ese momento marido de Vitale) dice que Peri Rossi era la promesa mejor de la literatura uruguaya. Publicó su primer libro —de relatos—, Viviendo, en 1963. Le siguen más relatos —ese estupendo género tan hispanoamericano, que inexplicablemente en España no funciona bien—, Los museos abandonados (1968), el primer éxito de Cristina, muy celebrado por Julio Cortázar desde París, quien sería su amigo y casi más que amigo. Y finalmente, una novela de 1969, El libro de mis primos. Como vemos —aunque poeta— cuando Peri Rossi se marcha de Uruguay con 31 años, tenía un claro futuro y parecía sobre todo prosista.
Barcelona-París-Barcelona, fueron las etapas de su exilio, ya estable en España desde 1974. Cristina es una gran prosista, cuyos cánones de escritura no son disímiles a los del verso, pero hoy parece que se ve más a Peri Rossi como poeta. Sin duda sigue siendo de izquierdas, pero no con el viejo radicalismo de antaño. Cree en la libertad (no en el comunismo), la auténtica patria, contra nacionalismos de todo tipo que no le gustan. Y es lesbiana, en lucha, porque la realidad libre de lo homosexual lésbico es una conquista —en marcha— mucho más difícil y ardua que el mero feminismo.
Quiero exaltar a la Cristina poeta pero imposible no subrayar más, porque acaso se conoce menos, a la deslizante y feliz prosista de cuentos y relatos
Casi todo lo ha peleado ella cuesta arriba y resistente, acaso por lo mismo Cristina se enfada o se aleja fácil, pero otro día brota, bajo la dureza, el corazón sensible que no ha olvidado. En Barcelona tuvo dos buenas amigas —lesbianas asimismo— que mucho le ayudaron aunque no faltaran las distancias: Ana María Moix y Esther Tusquets, ambas ya desaparecidas.
¿Se siente incómoda a veces en Barcelona? Clima malo para el asma, lucha contra el catalanismo que la ignora, sí es así, pero Cristina replica: “Una escritora debe sentirse incómoda para escribir bien”. ¿Uruguay? “Estrictamente no se puede volver porque es un tiempo que ya no existe”. Como en parte el estilo de Cortázar pero a su modo, Peri Rossi busca lo innovador, con una elegante sencillez, con el coloquialismo bien dicho que se vuelve arte. Pienso en dos de sus mejores novelas, La nave de los locos (1981) o El amor es una droga dura (1999).
Ahora, Visor ha sacado su Poesía completa que aumenta el tomo de Poesía reunida que editó Lumen en 2005. Poesía de amor, sin tabúes, con la sorpresa del agua lustral, del escribo como hablo, que pedía Juan de Valdés, pero debe entenderse hablo bien, y permito entrar las sorpresas todas de la vida, a ratos gentil, muchos otros difícil.
Un poema de Otra vez Eros (1994): “dulces antepasadas mías / ahogadas en el mar / o suicidadas en jardines imaginarios / encerradas en castillos de muros lilas / y arrogantes / espléndidas en su desafío / a la biología elemental / que hace de una mujer una paridora / antes de ser en realidad una mujer / soberbias en su soledad / y en el pequeño escándalo de sus vidas…”
Placer y lucha
En Playstation (2009), y no sólo en esos versos, llega más lejos en la explicitud lésbica de la libido, pero en Cristina hay, muy continuo, placer y lucha, lo que requiere coraje. El lesbianismo no es sólo un derecho, una normalidad, una conquista, es sobre todo el placer de dos cuerpos femeninos juntos.
No he leído La insumisa (2020), algo que ella misma llama autobiografía novelada, pero la insumisa, como (en otros lugares lo dice) la gladiadora o la amazona, son términos de mujer guerrera o guerrillera, como la novela lírica de Monique Wittig, que Cristina tradujo. Mujer guerrera dulce en el amor, que es también combate, pero en campo de plumas.
Quiero exaltar a la Cristina poeta —Estrategias del deseo, 2013— pero imposible no subrayar más, porque acaso se conoce menos, a la deslizante y feliz prosista de cuentos y relatos, como Habitaciones privadas (2012) o tantos más como hay en la edición de Lumen de Cuentos reunidos en 2007. La vida vibra en los relatos, en efecto, Cristina.
En un mail que me escribió a propósito de una crítica mía a sus poemas de La noche y su artificio, me detalla su silencio por los malos momentos que pasa y dice: “Ya sabes que detesto quejarme y cuando estoy mal no suelo hacerlo, prefiero hablar con los amigos cuando estoy bien y sin quejas”. Cristina.
Poesía completa. Visor
El erotismo, la nostalgia, el sueño y la memoria se dan cita en los poemas de la escritora uruguaya, reunidos en un volumen que muestra una voz original y poderosa, dominada por el amor, la ternura y la ausencia.
Desastres íntimos. Lumen
Recuperación de un libro de cuentos eróticos en el que no falta un club de fetichistas o un hombre enamorado de una mujer-ballena, gracias a los cuales la escritura se convierte en instrumento para explorar el deseo sexual.
Nocturno urbano. Fondo de Cultura Económica
Reunión de dos de los títulos más conocidos de la autora, Cosmoagonías (cuentos), y Habitación de hotel (poemas), este volumen nos presenta a una Peri Rossi que contempla la realidad desde el asombro.
Todo lo que no te pude decir. Menoscuarto
Peri Rossi aborda en esta novela las misteriosas razones subterráneas del amor, las asimetrías del mundo, en particular la sexual, el lesbianismo o las conflictivas relaciones personales.
La insumisa. Menoscuarto
Desgarradas memorias de “una niña de la ciudad curiosa, delicada, sensible, imaginativa”, este libro nos revela el primer dolor, la primera ausencia, la primera frustración, el primer amor o la primera insumisión de la autora.