El comienzo de La última noche de Libertad Guerra produce la falsa impresión de una simple historia de rebeldía juvenil unida a un relato de amour fou. Tras una noche loca en un bar de la “movida”, la Libertad Guerra del título busca al mozo que la ha seducido y se enfrenta al director del periódico donde escribe. Se trata solo de una estrategia narrativa que Leandro Pérez (Burgos, 1972) diseña para que el relato avance in crescendo hasta alcanzar impactante densidad dramática.
El hilo principal, dicha historia de amor, engrasada con generosas dosis de erotismo, se teje en una trama imaginaria. El golpe del 23F ha triunfado. Asesinados Juan Carlos I y Suárez, gobierna Milans del Bosch. Los golpistas ocupan el poder e instauran el terror y los curas fanáticos amedrentan a la gente.
La ucronía tiene absoluta fuerza por doble motivo. Funciona como espejo del sojuzgamiento social y político del franquismo. Y, en lugar de trazar situaciones abstractas, se presenta involucrando a una materia humana variada y muy viva, con felices trazos de relato psicológico y fuerte carga emocional.
A este bloque de sucesos se suma otro que adensa el alcance de la obra. Se trata de lo relativo a la familia de Libertad, cuyo padre, poeta de la Generación del 27, formó parte de la España peregrina. En buena medida, el libro de Leandro Pérez pertenece a una vindicativa literatura de la memoria histórica. Que Libertad se sienta forzada a salir de su patria es más que una anécdota congruente con el argumento, es una advertencia que apunta hacia el sentido último del libro.
La novela mantiene alerta la atención del lector por sus vigorosos personajes, prosa ágil y eficiente suspense
Una novela no ha de declarar sus propósitos, debe mostrarlos en su peripecia y en su carga humana. Esto es lo que lleva a cabo el autor con trabajo artístico e intuición. La emotiva historia de la joven protagonista y narradora supone un canto a la libertad no porque se nos diga sino porque patentiza el precio de perderla. La novela encierra también un aviso cívico: la libertad se conquista con sacrificio.
Este mensaje lo trasmite un Leandro Pérez en estado de plenitud creativa que se salda con una magnífica fábula, inventiva y original. La novela mantiene alerta la atención del lector por los buenos elementos que conjuga: muy vigorosos personajes con un canto al idealismo, sucesos trágicos, prosa ágil y eficiente suspense.