El escritor Domingo Villar ha fallecido este miércoles en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, en donde permanecía en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos desde la madrugada del lunes, tras sufrir un ictus que le había provocado una hemorragia severa. La noticia de la muerte ha sido confirmada por la editorial Siruela.

Villar se había hecho un nombre en el género negro español gracias a tres novelas protagonizadas por el inspector Leo Caldas: Ojos de agua (2006), La playa de los ahogados (2009) y la reciente El último barco (2019). “El oficio literario está muy alejado de los relámpagos de creatividad y tiene mucho más que ver con dudar, con plantearse preguntas, con intentar responderlas y con ir puliendo las historias poco a poco”, respondía a El Cultural tras ser cuestionado por los diez años transcurridos entre su segunda y su tercera novela.

Domingo Villar, que se definía como "un pesimista alegre", nació en Vigo en 1971 y estudió Historia en la Universidad de Santiago, pero después se dedicó a la elaboración de guiones de cine y televisión. Residía en Madrid, donde ejerció durante años como comentarista gastronómico y literario en programas de radio, y era colaborador habitual en diversos medios. En el momento en que le sobrevino el ictus se encontraba en su ciudad natal cuidando de su madre.

Su andadura en la novela negra se inició a principios de siglo cuando empezó a pergeñar el personaje de Leo Caldas, un inspector solitario y tímido, fumador y amante del vino blanco, que disfruta dando largos paseos en la noche de Vigo y colabora sin mucho entusiasmo en un programa de radio. Forma una extraña y singular pareja con su ayudante Rafael Estévez, un zaragozano que tiene dificultades para relacionarse con la retranca gallega. En el título inicial de la serie de Leo Caldas, Ojos de agua, se desplegaba el enrevesado caso del asesinato de un joven saxofonista, lo que llevaba a estos investigadores a internarse en el mundo de las tabernas y los clubes de jazz.

La narrativa de Villar atrapaba ya aquí por su habilidad para la recreación de tramas históricas y la complementariedad enriquecedora de sus personajes, en una prosa que no descuida los detalles en la recreación de las atmósferas y el humor en los diálogos y situaciones. Villar escribía además sus obras en español y en gallego de manera simultánea.

“Voy avanzando en las dos lenguas y voy traduciéndome a medida que avanzo. No termino el libro en una lengua y después lo traduzco a la otra sino que voy avanzando casi capítulo a capítulo, porque traducir no es cambiar unas palabras por otras, es ir al sustrato del texto, descomponerlo y volver a armarlo otra vez y a mí me sirve para limpiarlo y corregirlo. Es un ejercicio que hace que el proceso sea un poco más lento y a mí me gusta más así. Tengo la suerte de poder contar con dos lenguas como un pintor que puede dominar el óleo y la acuarela y no quiero renunciar a ninguna de las dos”, aseguraba a El Cultural en 2019.

Numerosos galardones

Tras el éxito de Ojos de agua, que convirtió a Villar en principal exponente del boom de la novela negra gallega, llegaría La playa de los ahogados (2009), de nuevo con Caldas y Estévez como protagonistas. El libro comienza con la aparición en la playa de Panxón de un marinero muerto con las manos atadas. El día a día de un pueblo marinero y turístico, los miedos escondidos y las mentiras del pasado son el escenario por donde pasea un Leo Caldas que no sabe hacia dónde dirigir su vida personal.

Con ambas novelas, Villar obtuvo numerosos galardones tanto en sus ediciones originales en gallego como a través de las diferentes traducciones a idiomas como inglés, francés, alemán, italiano, ruso, checo, noruego, hebreo, polaco, holandés, búlgaro o sueco. Entre otros reconocimientos, conquistó el Premio Antón Losada Diéguez, el Premio de la Federación de Libreros de Galicia, el Premio Frey Martín Sarmiento, el Premio Sintagma o el Brigada 21, siendo finalista de los Crime Thriller Awards y del Dagger International en el Reino Unido, el Le Point du Polar Européen en Francia y el Premio de la Academia Sueca de Novela Negra.

La playa de los ahogados se llevó al cine en 2015 bajo la dirección del realizador español Gerardo Herrero, siendo responsables del guion el propio Villar y Felipe Vega. El reparto estaba conformado por Carmelo Gómez, Antonio Garrido, Carlos Blanco y Marta Larralde. Considerado una de las voces más importantes del género negro en España, aseguraba en El Cultural que el noir pretendía en los últimos años abordar un espectro de la realidad demasiado amplio: “La novela del género es un cajón de sastre demasiado grande. Cabe un crítico con el apartheid que se burla del racismo como James McClure, un semiólogo como Dürrenmatt o Umberto Eco cuando escribe El nombre de la rosa”.



En 2019, diez años después de su segundo libro, Villar regresaba a la ría de Vigo y a sus célebres personajes en El último barco, en donde Caldas debe investigar la desaparición de Mónica, hija del prestigioso doctor Andrade y profesora en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo. Tras un primer manuscrito del libro, prácticamente terminado, Villar reescribió la historia casi en su totalidad porque sentía que le faltaba “emoción”. En 2021 publicó en Siruela, editorial de todas sus obras, Algunos cuentos completos.