La actriz, directora y productora Valeria Alonso (Buenos Aires, 1979) debuta como narradora con Las heroínas también tienen miedo, novela galardonada con el premio Ateneo de Valladolid en la que narra su experiencia como madre primeriza desde el instante de la concepción hasta el nacimiento del niño.
Confieso que al comenzar a leerlo, temí encontrarme con la enésima autoficción de otra “malamadre” en apuros, pero de inmediato la argentina desarmó mis prejuicios con su buen humor, su honestidad (“siempre me imaginé madre, siempre supe y sentí que la maternidad sería una gran maestra en mi vida”) y un buen puñado de anécdotas familiares que retratan la situación de la mujer a lo largo del siglo XX (impagable el personaje de la abuela Pina).
Con ellas, y con su propia experiencia vital y profesional, la autora, que evidencia su talento a lo largo del libro, va levantando acta “de los cambios constantes en mi estado de ánimo, en mis sueños, en las manifestaciones de mi espíritu”, así como de su nueva relación con el cuerpo, con la sexualidad, con los olores, mientras se reinventa como ser humano, como creadora y como madre.