El escritor Salman Rushdie lleva ya 33 años bajo la amenaza del fundamentalismo islámico, desde la publicación de su novela Los versos satánicos y la emisión de la fetua contra él por el ayatolá Jomeini, líder de la revolución iraní.
Acostumbrado durante la primera década a vivir escoltado permanentemente, sin revelar su paradero y obligado a cambiar de residencia más de medio centenar de veces durante la primera década, llevaba ya otras dos sin escolta policial. Pero justo cuando parecía haberse enfriado la amenaza y se habían relajado sus protocolos de seguridad, el escritor ha sido víctima de un apuñalamiento cuando se disponía a pronunciar una conferencia en el estado de Nueva York. El fanatismo nunca descansa.
En el documental Salman Rushdie, con la muerte en los talones, de William Karel, el escritor recuerda que se enteró de la amenaza por una llamada de la BBC. La periodista le preguntó qué se sentía al ser sentenciado a muerte por el ayatolá Jomeini. “Era la primera vez que oía sobre el asunto, y respondí algo estúpido como ‘no se siente muy bien’”.
[El escritor Salman Rushdie, apuñalado en el cuello durante un evento en Nueva York]
Rushdie plasmó sus vivencias de los años más duros de la fetua, en tercera persona, en su novela Joseph Anton (2012), que fue precisamente el nombre que adoptó para ocultarse después de la amenaza, y que es un combinado de dos de sus escritores favoritos: Joseph Conrad y Antón Chéjov.
En una entrevista en The Guardian a propósito del libro, afirmó: "Durante mucho tiempo no quise escribir mis memorias, me sentía demasiado trastornado". Y en la presentación de la novela en una rueda de prensa en Madrid, dijo: "La próxima vez que alguien me pregunte sobre mi vida durante la fetua, le señalaré este volumen de 700 páginas y le diré que ahí tiene toda la información que necesita", como recogió entonces El Confidencial.
“Estoy orgulloso de Los versos satánicos. Me alegra que las nuevas generaciones puedan leerlo como cualquier otro libro”, dijo también en aquella ocasión. Porque cuando se publicó el libro y surgieron las primeras protestas y quemas de libros por parte de musulmanes ofendidos, no solo en países de mayoría islámica sino también en los barrios del Reino Unido, no todo el mundo estuvo del lado de Rushdie. La cadena de librerías W. H. Smith llegó a retirar el libro de todas sus librerías. Antes de eso había sido prohibido en la India y Sudáfrica. Y dos escritores que admiraba, John Berger y John Le Carré, le criticaron cuando publicó el libro, algo que le dolió especialmente.
['Los versos satánicos', el libro que condenó a muerte a Salman Rushdie]
No obstante, el escritor recibió el apoyo de muchos amigos, políticos e intelectuales defensores de la libertad de expresión. “Estoy muy orgulloso de pertenecer a esta resistencia”, dijo en 2014 en una larga entrevista producida por el Museo de Arte Moderno de Luisiana acerca de los años más duros de la fetua. “Hoy la gente es mucho más débil. Me pregunto si un acto de solidaridad colectiva como aquel podría volver a pasar”.
En Joseph Anton escribió: "Resultó alentador ver en acción el valor, la solidaridad y los principios, los mejores valores humanos oponerse a la violencia y el fanatismo —el lado oscuro del género humano— en el momento mismo en que la marea creciente de la oscuridad parecía tan irrefrenable. El miedo que se propagó por la industria editorial era real porque la amenaza era real. La fatwa amenazó a editores extranjeros y traductores. Y, sin embargo, el mundo del libro, en el que la gente libre tomaba decisiones libres, debía defenderse. En cuanto a la gente que se manifestaba, en muchos casos ni siquiera sabían contra quién o por qué se manifestaban, y eso fue un derroche de vida terrible y espeluznante”.
En 2012, el año de la publicación de aquella novela, una fundación religiosa iraní renovó la fetua e incrementó el precio puesto a su cabeza de 2,8 a 3,3 millones. En una entrevista en The New York Times dijo que prefería “no prestarle mucha atención” al asunto.
Más allá de la lectura de Joseph Anton, es posible saber cómo vivió Rushdie esta pesadilla a partir de las declaraciones que ha hecho sobre el tema en estos 33 años. Como recoge Ian Richard Netton en su libro Text and Trauma: An East-West Primer, cuatro años después de la publicación de Los versos satánicos, Rushdie reconoció a un entrevistador: “Esperaba que algunos mulás se ofendieran, me insultaran y luego pudiera defenderme en público... Honestamente, nunca esperé algo así”.
“Muchos libros crean polémica y no por eso hay que quemar el libro ni tratar de matar al autor. Nunca había ocurrido algo así antes que un autor se viera amenazado. Era imposible predecir algo así. Tampoco escribo para ellos y pensé, si no les gusta que no los lean”, declaró el autor hace unos años en una entrevista en la cadena Ser.
“Jamás me darán el Premio Nobel por miedo a los islamistas”, afirmó en 2017 el escritor, eterno candidato al máximo galardón literario del mundo, en una entrevista en El Mundo.
A lo largo de los años el escritor ha tenido que responder muchas preguntas acerca de su vida bajo amenaza. Con el tiempo, fue restándole importancia al asunto, al menos en público. En una entrevista el año pasado en The New York Times, al ser preguntado por los años más duros bajo el puñal del fanatismo, simplemente respondió: “Tengo que vivir mi vida”.