A lo largo de siete décadas de vida, su dedicación a la escritura se remonta hasta 1971, cuando con solo 19 años debutó con la novela Los dominios del lobo (Edhasa). En 50 años como novelista, Javier Marías ha configurado un universo personalísimo que le ha valido el reconocimiento de la más prestigiosa crítica internacional. Desde hace más de una década, no hay año en que su nombre no haya sonado para el Nobel de Literatura, el más distinguido galardón para los escritores. En España muchos han sido los que hasta el día de hoy han afirmado que era el mejor escritor vivo. Marías, con la displicencia que lo caracterizó siempre, lo negó hasta su muerte.
En cualquier caso, el lanzamiento de cada una de sus novelas generaba altísimas expectativas en la crítica especializada y sus lectores más fieles. Sus obras han sido traducidas a 40 idiomas y publicadas en 50 países. Respecto a sus inicios como novelista, si Los dominios del lobo estuvo muy influenciada por el cine que visionó en su infancia, Travesía del horizonte (La Gaya Ciencia, 1973) confirmaría la veta renovadora de su narrativa.
En El siglo (Seix Barral, 1983) comienza a experimentar con la estructura y las formas de la narración, de modo que alterna pasajes en primera y en tercera persona. El monarca del tiempo, publicada cinco años antes, nunca satisfizo al propio autor. Así, accedió a reeditarla en 2003 con las transformaciones que consideró oportunas. Todavía no había publicado ningún título memorable, pero su estilo cuajaba poco a poco. Estaban por llegar las grandes novelas de Javier Marías.
[Muere a los 70 años el escritor Javier Marías sin haber ganado el Nobel]
Los dominios del lobo
Edhasa, 1971
Marías escribió su primera novela en 1970, cuando en España el realismo era indiscutible en la narrativa. Lector voraz desde su infancia —es hijo del filósofo y académico Julián Marías y la escritora Dolores Franco Manera—, sus influencias se extendían más allá de la corriente predominante. Así, en su primer título ya se atisban algunas renovaciones.
No en vano, la trama está situada entre las décadas de 1920–1930, período de auge de las vanguardias europeas, y los protagonistas son estadounidenses. Los dominios del lobo sugiere muchas de las trazas que van a caracterizar su escritura. Las referencias a autores extranjeros y los escenarios constituyen una consigna del rumbo que pronto tomará la narrativa española. Asimismo, es pertinente recordar que entre la escritura de la obra y su publicación, conoció al escritor Juan Benet, al que le uniría desde entonces una gran amistad. El autor de Volverás a región fue una figura clave en su vida personal y literaria.
El hombre sentimental
Anagrama, 1986. Premio Herralde
El reconocimiento de uno de los grandes premios literarios del momento —el Premio Herralde sigue otorgándose en la actualidad— impulsó definitivamente su narrativa de ficción. El hombre sentimental reúne los esbozos más interesantes de sus obras anteriores y el autor logra contornear sus personajes como antes no había alcanzado a hacerlo. Además, incorpora el fondo filosófico tan presente a lo largo de su obra.
En esta "historia de amor en la que el amor no se ve ni se vive, sino que se anuncia y recuerda", tal y como escribe el propio autor en el epílogo, la escritura se vuelve reflexiva —uno de los rasgos principales de su obra completa— y utiliza la primera persona para dar voz a un famoso cantante de ópera, conocido como el León de Nápoles, que recuerda lo ocurrido cuatro años atrás. La frivolidad y el espacio lúdico de sus primeros títulos se rinde a una brillante introspección, atributo del que haría gala a lo largo de toda su trayectoria.
Todas las almas
Anagrama, 1989. Premio Ciudad de Barcelona
Es la obra que consolida su figura como novelista. Basada en los dos años que impartió clases en la Universidad de Oxford, el título referencia a las cenas que se organizaban en los centros de la institución británica. Reafirma la primera persona, pero esta vez juega con los planos temporales: viaja del pasado al presente y vuelve sobre la historia desde distintos ángulos, siempre con una destreza asombrosa.
La autoficción es uno de las marcas de este libro, otro de los baluartes de su narrativa posterior. La elegancia confluye con la habilidad técnica para que realidad y ficción sean prácticamente indistinguibles en los códigos de la novela. El ambiente de intrigas, rencillas y cotilleos entre el profesorado destensa la profundidad de la obra, mientras que personajes como Will, el viejo portero del edificio donde trabaja, le imprime una sutilísima ternura.
[Javier Marías en once claves]
Vidas escritas
Siruela, 1992
A la manera en que lo hiciera Stefan Zweig, el autor reúne hasta 26 textos sobre escritores que determinaron su pasión por la literatura. La inclusión en esta entrada se debe a la naturaleza del volumen. Y es que Vidas escritas es una compilación de ensayos, sí, pero el atractivo de sus vidas y el talento de Marías para retratar a los personajes desemboca en una escritura que recuerda a la ficción. Pese a su fama de hosco y pagado de sí mismo, Marías nunca tuvo reparos en celebrar a los grandes referentes que lo convirtieron en el autor que fue.
Se leen como cuentos las semblanzas de escritores como Faulkner, Conrad, Isak Dinesen, Joyce, Stevenson, Arthur Conan Doyle, Oscar Wilde, Iván Turgueniev, Thomas Mann, Lampedusa, Rilke, Nabokov, Madame du Deffand, Rimbaud, Henry James o Laurence Sterne. El volumen se completa con seis retratos de "Mujeres fugitivas" y el capítulo dedicado a "Artistas perfectos". Al contrario que en los textos dedicados a los escritores, estas semblanzas prescinden de la anécdota para hacer un ejercicio de exhibicionismo narrativo.
Corazón tan blanco
Anagrama, 1992. Premio de la Crítica de narrativa castellana
Asentado ya en el olimpo de los escritores más prestigiados del país, recibe el primer reconocimiento institucional de su trayectoria como novelista. No sería el único, aunque no todos los recibió con el mismo agrado. Incluso alguno se negó a recibirlo, pero eso sería más tarde. Corazón tan blanco también constituye su mayor éxito de ventas hasta ese momento. En 2010 Alfaguara publicó una edición conmemorativa que incluye, además de la novela, el dosier "No he querido saber", compuesto por seis textos del autor que complementan la obra.
Con más de dos millones de ejemplares vendidos, la novela presenta un arranque memorable que el propio autor volvió a citar en más de una ocasión: "No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola..." Marías se pone en la piel del novio que protagoniza la luna de miel para tejer una historia fascinante.
Mañana en la batalla piensa en mí
Anagrama, 1994. Premio Rómulo Gallegos y Premio Fastenrath
Al llegar a su octava novela, Marías había alcanzado una repercusión internacional. Su nombre empezaba a sonar en los grandes círculos literarios e instituciones culturales. El Premio Nobel empieza a relacionarse con uno de los novelistas españoles más influyentes. Mañana en la batalla piensa en mí vuelve a ser un éxito editorial que coincide con reconocimientos más allá del ámbito puramente literario. Sus columnas también destilaban un personalísimo estilo que no pasó desapercibido para casi nadie.
El nombre de la obra fue tomado de la Escena III del Acto V de Ricardo III de William Shakespeare. La disparatada trama tan solo es un pretexto para exhibir una vez más el músculo de su escritura. La primera persona adquiere un relieve incluso más significativo, y el autor se inmiscuye en terrenos antes no explorados. La locura y la obsesión se integran en una fórmula narrativa lacónica, repleta de frases breves, directas, separadas por el insistente punto y seguido. Sería la última obra que publicara con Anagrama tras el conocido desencuentro con el editor Jorge Herralde. A la postre, se convertiría en el gran fichaje de Alfaguara (Penguin Random House), sello que el escritor no abandonaría hasta su muerte
Tu rostro mañana
Alfaguara, 2009
1.592 páginas, tres volúmenes y siete partes: "Fiebre", "Lanza", "Baile", "Sueño", "Veneno", "Sombra" y "Adiós". Fue el modo que Marías escogió para celebrar su décima novela, en la que recupera un personaje de Todas las almas. Se trata de Jaime Deza, un académico español que regresa de Oxford tras separarse de su esposa. Entre 2002 y 2007 se publicaron los tres volúmenes correspondientes.
Tu rostro mañana fue un rotundo éxito. El protagonista regresa a Inglaterra, en cuya Universidad de Oxford había impartido clases el propio autor, como señalábamos anteriormente. Con el telón de fondo de la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, Marías indaga en la actividad de los servicios secretos británicos, involucrando al protagonista en el grupo M16. Su última novela, Tomás Nevinson, también trataría el asunto del espionaje.
Los enamoramientos
Alfaguara, 2011. Premio Nacional de Narrativa (rechazado por el autor)
Son muchos los que coinciden en que se trata de la mejor novela de Javier Marías. Desde luego, es la que más polémica ha generado, pues el autor rechazó el distinguido Premio Nacional de Narrativa, un posicionamiento que más de uno consideró impertinente. En todo caso, Los enamoramientos es una novela salvaje en todos los sentidos. Quizás en el momento más inspirado de su carrera, Marías elabora un artefacto completísimo que vuelve a incluir la trama detectivesca en colisión con los dilemas éticos.
La protagonista, también narradora en esta ocasión (no es la primera vez que utiliza el recurso de la voz femenina), reflexiona sobre el instante en que el amor explota, y es aquí donde Marías escapa a los convencionalismos más manidos. Desmitifica el poder del amor y las justificaciones que de sus actos se derivan, mientras que con una prosa profunda y, al mismo tiempo, delicada, ofrece al lector la versión más humana de su escritura.
Berta Isla
Alfaguara, 2017. Premio de la Crítica de narrativa castellana
Berta Isla, además del título de la novela, es la mujer que se asoma a los balcones de su piso madrileño. A ella la conocen, pero ella no reconoce a nadie. Sobre esta idea Marías encierra toda una novela, que por supuesto es mucho más pero, ante todo, resulta una indagación en torno a la relación entre el tiempo y los hechos que suceden en él.
La protagonista conoce a Tomás Nevinson, que se convertiría también en protagonista de su próxima novela, pero un encargo de la Corona inglesa se lo arrebata. A partir de entonces, Berta Isla se sumerge en una espera que, como vector narrativo, desata las mejores cualidades literarias de Marías. "Es su mejor novela desde Tu rostro mañana, aseguró el crítico de El Cultural Nadal Suau. Y añadió: "Tiene poder evocador y hasta esos pasajes reiterativos en los que el lector duda si experimenta hipnosis o narcosis son necesarios, con sus vueltas y revueltas, para que Berta Isla cuente lo que tiene que contar".
Tomás Nevinson
Alfaguara, 2021
La última obra del autor apareció en las librerías hace poco más de un año, cuando se cumplía medio siglo desde que escribiera su primera novela. Esta vez sitúa su ficción entre 1997 y 1998, en un mundo amenazado por el terrorismo de ETA y el IRA. El agente secreto Tomás Nevinson, casado con Berta Isla, es llamado a la acción: debe instalarse en una ciudad de provincias para desenmascarar la identidad falsa de una terrorista.
Se trata de un relato apasionante, que nos obliga a reflexionar sobre la violencia que ejercemos, o que podríamos perpetrar, así como sobre la justicia, el castigo y la venganza. De nuevo Marías insiste en la literatura que se agrieta en la disyuntiva moral. De nuevo Marías, y por última vez, volvía a escribir una novela "extraordinaria, precisa en su ejecución, milimétricamente controlada, seria y hasta densa en su visión del tiempo, la identidad individual o las consecuencias de nuestras decisiones", según la valoración de Nadal Suau. Fue considera la mejor novela en español de 2021 por los críticos de El Cultural.