Aunque Alfred Hitchcock solía recomendar no trabajar nunca “con niños ni con animales..., ni con Charles Laughton”, la periodista y poeta Marta San Miguel (Santander, 1981) debuta en la novela con Antes del salto, en el que el viejo caballo de la protagonista se convierte, desde las primeras páginas, en pieza esencial del relato.
En realidad todo comienza cuando Marido (así, sin nombre propio) logra el trabajo que lleva dos años esperando y la familia (ella y sus hijos, Mayor y Pequeño) se trasladan a vivir a Lisboa. Al embarcar en el avión ella se da cuenta de que ha olvidado la foto enmarcada de su caballo Quessant en pleno concurso de salto.
Y así, como si el retrato extraviado fuese una suerte de caballo de Troya, la protagonista comienza a desgranar recuerdos y nostalgias, remordimientos, ausencias y temores hasta recuperar sentimientos relacionados con su madre, con sus hijos, o con ella misma que hasta entonces permanecían “fuera de plano”. Y descubre que en esos momentos que no se nombran, arrinconados por el tiempo y la memoria, puede ocultarse lo mejor de quienes fuimos, y el motor de una imprescindible reconstrucción sentimental.
Emocionante pero sin sensiblerías, Antes del salto es un magnífico debut.