El “momento Vila-Matas” que ha propiciado entre los lectores la publicación de Montevideo tiene su extensión natural en Too late, debut narrativo del crítico y profesor Mario Aznar (Murcia, 1991), uno de esos libros que perfectamente merecerían el calificativo de “artefacto” si no fuera porque a estas alturas da mucha pereza utilizarlo; aun así, quédense con las connotaciones que se derivan de él, muy definitorias del texto que tenemos entre manos.
Y es que Aznar arma una novela (de estructura, eficacia y lógica indiscutiblemente narrativas; quiero decir que el género no es una simple excusa) a partir de un intercambio real de ideas literarias mantenido con Enrique Vila-Matas, columna vertebral de una trama que nos lleva al futuro (2068 en el horizonte, 2033 en el camino) aunque en conexión íntima con un pasado tan inmediato (2017, 2018) que podríamos considerar presente.
Too late repasa la trayectoria del autor de Dietario voluble para difuminar sus fronteras internas y las que distinguen realidad y obra, en consonancia con el espíritu que preside su propia evolución desde el principio.
['Montevideo': la divertida pirueta literaria de Vila-Matas]
Para cualquier lector de Vila-Matas, el libro transita por terrenos conocidos y amables a los que siempre deseamos regresar; Aznar aporta una mirada alteradora, seria en su humorismo, respetuosa. Y para los aficionados a la teoría estética, o a cuestionarnos el estatuto de la ficción o las posibilidades de una lectura creativa, Too late constituye también parte de un paisaje familiar y estimulante.
A 'Too late' cabe agradecerle el ingenio de su esfuerzo por hacer narrativa desde la crítica
Resultaría tentador atribuir el protagonismo del libro al bueno de Vila-Matas, aunque en realidad recuerda un poco más a la Rebeca de Hitchcock, una especie de ausencia radicalmente presente, un desaparecido que aparece sin cesar, un Autor que nos hace dudar de que exista el Autor, etc…
Por el contrario, me animo a proponer como protagonista de Too late a la Crítica Literaria, esa entidad detectivesca que aspira a recopilar todas las pistas hasta ensamblar una nueva hipótesis en torno a las palabras escritas por ese agente llamado Autor, y que para ello se constituye en su interlocutor perfecto, corriendo el riesgo de que uno y otra se diluyan en un continuum identitario o discursivo… La peripecia de la Crítica en manos de Aznar es una historia brumosa de supervivencia.
Al final, a Too late debo agradecerle el ingenio de su esfuerzo por hacer narrativa desde la crítica (a la inversa de la receta vila-matiana de hacer ensayo desde la narrativa), insuflando posibilidades al oficio aletargado que practico, así como la lucidez de su abordaje de una escritura tan juguetonamente inabordable como la de su referente. Curiosísimo e inteligente.