Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre el arte.
El ganador de la semana pasada, dedicada a las trampas, ha sido…:
AlejMelguizo
Los trillizos ganaron el triatlón.
A veces basta con cinco palabras para dar en el clavo, pero es tan difícil como que te toque la quiniela. He aquí un buen ejemplo de suerte o de inspiración clarividente y sin trampa ni cartón. En esta narración brevísima —modelo de economía y concisión— cobra vida la elipsis, que siempre decimos es esencial para el microrrelato, la elisión de lo sustancial para que lo sustancial surja con facilidad en la mente del lector gracias al contexto: para que el lector complete naturalmente, sin esfuerzo, la historia latente. Los trillizos ganaron el triatlón y entendemos que han logrado pasarse el testigo de una prueba a otra y engañar al resto de competidores y al jurado. El vencedor ha sido uno en apariencia y trino en realidad.
AlejMelguizo, también conocido por Alejandro Melguizo López, hace así una virguería muy ingeniosa que pone en el centro del relato lo que se pidió: las trampas. Las trampas de unos hermanos que saben sacar todo el partido a su igual aspecto físico.
Enhorabuena, Alejandro, por el magnífico relato y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
McEwan
Han pasado más de dos mil años, pero aún nadie sabe cómo consiguió andar sobre el agua.
Juanbadaya
En tierras remotas unos arqueólogos encontraron los restos de Adán. Lo supieron, porque le faltaba una costilla.
Cartonpetrum
—¡Se lo tenía merecido! —exclamaban varias personas estafadas ante el féretro, mientras el verdadero timador abandonaba el país.
Marta
No entendía por qué le acusaban de plagio; él no tenía la culpa de que ambos escritores compartieran las mismas musas.
RamónJ
Después de descubrir que llevaba años haciendo trampas, el casino lo contrató de crupier.
Lluviausente
Se ganaba la vida falsificando títulos universitarios. El día que operaron a su hijo, vio salir del quirófano a varias caras conocidas.
Entelequio
Según le entregaban en Premio Nobel en completa soledad, vio la película de su vida, llena de trampas, plagios y amistades rotas.
Meio
¡Póquer de damas!, exclamaron a la vez los cuatro tahúres en la cantina, antes de comenzar el tiroteo.
Saludos cordiales.