Hola, amigos:  

Podéis empezar a escribir sobre las farmacias.  

El ganador de la semana pasada, dedicada a la simultaneidad, ha sido…:  

Magnifiqus  

—¡Quiero el divorcio! —gritaron los dos a la vez. Su matrimonio se hundía, pero aún conservaban esa mágica conexión. 

La ironía de una pareja que se rompe, pero mantiene un envidiable vínculo psicológico y emocional. Esa conexión personal tan propia de los matrimonios mejor avenidos vuelve a producirse en el momento en que sus integrantes anuncian que desean divorciarse. El vínculo es tal que tiene una dimensión telepática incluso en el momento de la ruptura. La contradicción entre la voluntad de separación y la concurrencia de pareceres constituye una paradoja que es justo el lugar desde el que se construye el humor de este relato. Lo cómico suele alimentarse de estas contradicciones tan presentes en la vida como escurridizas para el sentido común: hace falta alguien habilidoso que sepa detectarlas y plasmarlas sobre el papel. En este caso, lo ha logrado Magnifiqus, cuyo nombre real desconocemos.  

Enhorabuena, Magnifiqus, por el relato, estupendo, y por el premio.  

Otros micros pudieron haber ganado:    

McEwan

El General pidió a sus tropas simultaneidad en el ataque pero solo la hubo en la retirada.  

gpm

En cuanto su marido entró en la habitación, ella dijo: “Te quiero”. “Y yo”, respondieron el consorte y el joven escondido en el armario.  

Pierdemecheros 

Criarse con unos padres que discutían sin cederse la palabra le llevó a convertirse en uno de los mejores traductores simultáneos de la ONU. 

Saludos cordiales.