Charles Baudelaire (1821-1867) siempre vuelve... Son muy numerosas las versiones en español no sólo de sus poemas, también de sus escritos sobre temáticas diversas. Porque ese es el núcleo central de Baudelaire: el perfil de alguien que vivió de un modo especialmente intenso en la escritura, esa fue su forma de estar en el mundo.
Hay no pocas ediciones de sus críticas artísticas en nuestra lengua, y ahora nos llega una nueva, una excelente selección de escritos sobre esa temática en toda su diversidad: críticas sobre artes visuales, literatura y música.
En este libro encontramos un rasgo referencial: teniendo en cuenta sus diferencias expresivas y de soporte, Baudelaire plantea que las distintas prácticas artísticas participan en sus raíces de una unidad, la representación en imágenes con una perspectiva de conocimiento y de modulación ética.
Los escritos reunidos aparecieron originalmente en publicaciones periódicas, a los que se une al final una selección de textos póstumos de diferentes temáticas. El volumen cuenta con dos textos introductorios de uno de los grandes expertos en Baudelaire: el teórico y ensayista italiano Giovanni Macchia (1912-2001).
Lamentablemente, no se indica la datación de esos dos textos, pero su interés es indudable y nos sitúan en una magnífica vía de entrada en la sensibilidad y objetivos de los escritos críticos de Baudelaire.
El lazo entre poesía y crítica es el núcleo central y lo que da consistencia a todos los escritos críticos de Baudelaire
Es muy interesante la vinculación que señala Macchia entre Baudelaire y Edgar Allan Poe, a quien caracteriza como su “espíritu fraterno” y su “alter ego”. Baudelaire tradujo textos de Poe, y Macchia señala que el arranque de uno de sus textos más importantes “Mi corazón al desnudo” habría brotado de su lectura de Marginalia (1836), de Poe.
El lazo entre poesía y crítica es el núcleo central y lo que da consistencia a todos los escritos críticos de Baudelaire. En el único texto de crítica musical aquí editado, sobre Wagner, a quien consideraba un “genio”, podemos leer: “Sería prodigioso que un crítico se convirtiera en poeta y es imposible que un poeta no lleve en sí un crítico. No sorprenderá, pues, al lector que considere al poeta como el mejor de todos los críticos”.
[Baudelaire: el poeta y la antimodernidad]
En su escrito sobre la Exposición Universal de 1855, indica que para llegar a comprender “la belleza universal” es necesario que se produzca una transformación que nos lleve al “cosmopolitismo”, y los mejor dotados para ello serían los “viajeros solitarios”, quienes “conocen la admirable, la inmortal, la inevitable relación entre la forma y la función”.
Acompañarle en su viaje a través de sus escritos nos permite apreciar la gran capacidad de comprensión y transmisión para los demás de este intenso “viajero solitario”, poeta-crítico, que fue el primero en formular una teoría de la modernidad estética.
[Los infiernos sexuales de Charles Baudelaire]
En El pintor de la vida moderna (1863) leemos: “La modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno e inmutable”. Baudelaire: la mirada crítica del poeta, viajando solitario a través de las artes en los ciclos del tiempo.