El escritor británico Hanif Kureishi (Londres, 1954) sufrió una caída el pasado 26 de diciembre en Roma. El novelista, autor teatral, guionista y director de cine relató los hechos el pasado 6 de enero en un hilo de Twitter, en el que se mostró notablemente asustado: "No está claro que alguna vez pueda volver a caminar, o si podré sostener un bolígrafo", escribió. En el momento de la publicación del tuit, la realidad era que no podía rascarse la nariz, hacer una llamada telefónica o alimentarse.
El guionista de Mi hermosa lavandería, reconocida con el Oscar al mejor guion original en 1987, se cayó cuando volvía al apartamento, después de dar un paseo por la plaza del Popolo y el parque de la Villa Borghese. "Experimenté lo que solo puede describirse como un objeto semicircular redondeado con garras". Se trataba de su mano, según pudo comprobar segundos después, "un objeto extraño sobre el cual no tenía poder".
Kureishi se dio cuenta de que "no había coordinación" entre su mente y su cuerpo. "Me había divorciado de mí mismo. Creí que me estaba muriendo, que me quedaban tres respiraciones", escribió el británico, a quien le pareció que aquella era "una forma miserable e innoble de morir".
Su esposa, que escuchó sus gritos, le salvó la vida y le mantuvo "en calma", según aseguró Kureishi, que realizó el comunicado desde el hospital sin poder mover "los brazos ni las piernas". Durante unos días "estuve profundamente traumatizado, alterado e irreconocible", relataba el mismo que considera que la situación es "humillante, degradante y una carga para los demás".
Tras una operación en la columna vertebral, "he mostrado mejoras en los últimos días", reveló el creador hacia el final de su comunicado. "Tengo sensibilidad y algo de movimiento en todas mis extremidades", dijo justo antes de anunciar que comenzará un tratamiento de fisioterapia y rehabilitación "lo antes posible". Por último, quiso "agradecer a los médicos y enfermeras del hospital Gemelli de Roma su extraordinaria amabilidad, competencia y cuidado".
['La última palabra' de Hanif Kureishi]
El crítico de El Cultural Germán Gullón escribió, en la reseña de su novela La última palabra (Anagrama, 2015), que "sus textos se caracterizan por la rapidez con que un verbo preciso, cortante, penetra en los rincones íntimos de los personajes, que ponen al descubierto su psicología". Además, "posee, como el gran escritor Karl Ove Knausgård, habilidad para representar aspectos de la vida íntima de sus amigos y familiares, lo que le ha ocasionado serios enfrentamientos".
"Otra característica destacable en la narrativa de Kureishi —añade Gullón— es el uso de la sexualidad, donde aflora su veta de escritor de novelas pornográficas, publicadas con seudónimos, entre otros el de Antonia French". Anagrama es el sello editorial que se hace cargo de sus publicaciones en España.