El ganador de la última semana, dedicada a las despedidas, ha sido...:

Psique
No le gustaban las despedidas, por eso dejó en blanco su nota de suicidio.

Una nota sin letra es una forma extraña de despedirse, porque la nota expresa el deseo de despedida, pero la ausencia de texto contradice la existencia de ese deseo. Aquí, en este relato, el suicida decide irse en un silencio extravagante, por tanto, quizás la clave de la ironía negra y sorprendente del relato: deja una nota, el recipiente, pero sin contenido. Hay en ello una suerte de mensaje implícito, que expresa el afán de hacerse notar al final de todo, pese a su aversión a las despedidas. El relato —no breve, sino hiperbreve— funciona muy bien gracias a la astuta gestión con que la voz narradora dosifica la información crucial, de manera que el suicidio queda pospuesto a la ultimísima palabra, lo que da una perspectiva final siniestra, pero irónica, a toda la situación. Y conforma el relato como un divertimento para gourmets.

Enhorabuena, Victoria Sánchez Aranda, por el relato, estupendo, y por el premio.

Otros micros pudieron haber ganado:

DanielAlonsoM
Japón, 1984. Ella dijo a su marido: «siempre estaré donde me necesites». Ahora, en cada saludo al Sol, cierra los ojos para sentir su calor.

ManolitaTacatá
Cada noche le arropo y le doy un beso en los labios aunque él, frente a mi foto, me recrimina que me fuera sin tiempo de despedirse.

AlejMelguizo
Ya en los cuidados paliativos, no paraban de visitarlo. Pero él se despidió sin decir la contraseña de la caja fuerte.

gpm
Desde que es inmortal, lucha por hallar la manera de ser él quien se despida.

Gupta
Recordó ante el espejo cómo lo habían educado sus padres: siempre saludar, siempre despedirse. Entonces dijo adiós y disparó el arma.

AnaBelén
Odiaba las despedidas: prefería ser infiel a divorciarse.

Ayalgamar
Se encontraban cada mañana en el mismo vagón del metro sin decirse una palabra. Les bastaba la mirada final de despedida.

Saludos cordiales.