Es algo muy extraño para una persona tan organizada y que custodió con extremado celo la obra de Jorge Luis Borges. María Kodama, la viuda y albacea del escritor, murió el pasado 26 de marzo sin dejar testamento conocido. De esta manera, el legado de uno de los escritores más importantes del siglo XX se ve de pronto ante un horizonte incierto.
Fernando Soto, abogado de Kodama que ha defendido sus intereses en numerosos litigios en los últimos años, reconoció que ni él ni la escribana de la viuda de Borges tienen constancia de la existencia de ningún testamento. Por ello, Soto solicitó a la justicia argentina este lunes —una semana después de la muerte de Kodama— que la herencia se declare vacante para designar a un administrador hasta que se resuelva la situación. Cabe destacar que él mismo es vocal de la Fundación Borges que presidió hasta su muerte María Kodama.
Al día siguiente, cinco sobrinos de Kodama se presentaron ante la justicia para declararse herederos de los bienes de su tía y, por tanto, también del legado de Borges. Son Mariana, María Belén, Matías, Martín y María Victoria Kodama, actuando esta última como abogada de todos, según informa El País. Son hijos de Jorge Kodama, un hermano de la viuda de Borges fallecido en 2017. Según el abogado Fernando Soto, María Kodama le había dicho hace años que apenas tenían relación.
Los cinco sobrinos piden que se haga un inventario provisional de los bienes de la herencia, que incluye el legado del escritor formado por sus manuscritos, primeras ediciones y condecoraciones, entre otros objetos, así como la propiedad de los derechos de autor de su obra y la potestad para decidir sobre ella. No obstante, deberán acreditar su relación con Kodama y, en caso de que apareciera un testamento, podría quedar desplazados de la sucesión.
Aunque podría aparecer un testamento de Kodama en alguna de sus residencias (dos apartamentos en Buenos Aires, la casona familiar de Borges que ejerce como sede de la fundación que lleva su nombre o los apartamentos que tenía alquilados en Ginebra y París), Soto lo descarta, según ha afirmado este miércoles en Twitter y en la argentina Radio Continental.
"Me alegra mucho y alivia mi espíritu que los sobrinos de María Kodama se hayan presentado como herederos en el expediente sucesorio. Se abre una nueva etapa en la protección de la Obra de Borges", declaró ayer el abogado en Twitter.
No obstante, la situación ha tomado a Soto por sorpresa, ya que asegura que hace años ella le dijo que tenía "arreglado" el tema de su sucesión y el futuro del legado de Borges. Al parecer, su intención era dejarlo en manos de dos universidades extranjeras, una de Estados Unidos y otra de Japón, ya que no se fiaba de las instituciones argentinas. Temía injerencias políticas, ideológicas y del entorno cercano de Borges, con el que no se llevaba bien. De hecho, cuando se casó con el escritor dos meses antes de que este muriese en 1986 por un cáncer hepático, desde estos círculos se lanzaron acusaciones de que había manipulado al autor de Ficciones para contraer matrimonio y para que la nombrara su heredera universal.
Si no aparece el testamento y los sobrinos de Kodama no consiguen ser declarados herederos, pasados diez años el legado de Borges se convertiría en un bien público y quedaría en manos del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.