Para desarrollar los fundamentos del nuevo libro que publica Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), Oikía y polis. La familia, raíz y alma de toda sociedad, es preciso explicar los términos latinos que corresponden al título principal. Si Oikos es el concepto equivalente a "casa" u "hogar", Oikía representa a la “casa en el sentido de la familia”, tal y como se señala en el prólogo del libro. Por otro lado, en este libro la polis —ciudad-estado independiente de la Antigua Grecia— también es una referencia familiar, pues la única “ciudad auténtica” es la que se construye desde la institución matrimonial.
Título: Oikía y Polis. La familia, raíz y alma de toda sociedad
Autores: Rafael Alvira Domínguez y Rafael Hurtado Domínguez
Editorial: Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA)
Año de edición: 2023
Rafael Alvira (Madrid, 1942) y Rafael Hurtado (Monterrey, México, 1979) defienden la fuerza de la familia, el "verdadero amor humano", como pilar fundamental en el devenir de nuestra sociedad. Cuajado de huellas filosóficas como las de Nietzsche, Schopenhauer o Santo Tomás de Aquino, el texto a cuatro manos de los profesores alerta de los peligros que supone el debilitamiento de su estructura: por ejemplo, que el padre se haya alejado paulatinamente del hogar familiar.
Conscientes de que "un hogar verdadero no se construye en solitario", sospechan de gobernantes e intelectuales que se jactan de que el cambio pasa por la educación y, sin embargo, “toman medidas que destruyen la familia”. Además, se posicionan contra los avances tecnológicos que ponen en jaque el discurrir común de la humanidad —el transhumanismo, por ejemplo, que aspira a la inmortalidad— y, por tanto, modifican el concepto tradicional de la familia. Charlamos con Alvira y Hurtado acerca de los postulados que esgrimen en el libro, cuyos fundamentos ideológicos entroncan con la más inmediata actualidad.
[Componer al dictado de Dios: la 'playlist' perfecta para esta Semana Santa]
Pregunta. ¿Creen que la familia goza de buena reputación en nuestra sociedad?
Rafael Alvira. Es la institución más querida, y la más anhelada por todos los que apenas la tienen.
Rafael Hurtado. En cuanto institución social civilizatoria, sigue ocupando el lugar central en la vida de la mayoría de las personas que habitan nuestra sociedad, aunque ciertas ideologías la mantienen en el “banquillo” de los acusados.
P. ¿Por qué la identidad no se podría forjar sin referentes familiares?
R. A. Porque toda identidad se forma mediante relaciones, y el lugar donde se aprende a relacionarse bien es la familia.
R. H. Además, sería necesario pensar un poco a qué nos referimos con el término “identidad”, la cual se desarrolla a partir de “relaciones”, y en la familia encontramos las relaciones que hacen posible nuestra vida: la relación entre mis padres.
P. Juan Pablo II es un referente de primer orden en este libro. ¿Cuáles fueron sus acciones más determinantes en materia familiar durante su papado?
R. A. Todo su magisterio está impregnado por el carácter fundamental de la familia.
R. H. Y es considerado el Papa de la Familia, no solo porque así lo demuestra su amplio magisterio, sino porque desde joven realizó contribuciones muy valiosas a esta temática. Sin embargo, fueron sus famosas “catequesis de los miércoles” –mejor conocidas como la Teología del Cuerpo– las que le dieron fama mundial como especialista en el amor humano, el matrimonio y la familia.
"El origen de casi todos los problemas personales y sociales está en la familia". Rafael Alvira
P. ¿La familia tiene posibilidades de proyectar sus valores al resto de la humanidad o debe consolidar sus relaciones internas?
R. A. Para hacer lo primero, debe antes realizar lo segundo. Una vez hecho, la irradiación sale por sí sola.
R. H. Sí, las relaciones internas son primero, pero para mantenerlas sanas es necesario “aventurase” al mundo. Sin embargo, cuando el mundo se muestra como es, todos volvemos al hogar para ser restaurados. Este es el modo en que todo ser humano florece.
P. ¿Se puede convencer a alguien que no cree en la espiritualidad de la importancia de la familia en la construcción moral del tejido social?
R. A. Basta mostrarle estudios serios de psicología, psiquiatría y sociología, para que se den cuenta de que el origen de la inmensa mayoría de los problemas personales y sociales, por no decir todos, está en la familia.
R. H. Definitivamente. Hoy en día, la familia es objeto de estudios interdisciplinarios muy enriquecedores. Me parece que son los psicólogos y los sociólogos los que tienen las respuestas a esta gran pregunta. Son ellos quienes pueden fundamentar, sin hacer referencia directa a los grandes temas de fe, que la familia realmente construye sociedad desde la intimidad del hogar.
P. Si el Estado no puede regir la institución familiar, ¿cómo tendría que defenderla, si es que debiera hacerlo?
R. A. La familia es una institución natural, mientras que el Estado moderno es una institución artificial. No es tanto el “Estado” cuanto los poderes gobernantes concretos los que están obligados a defender los principios familiares, es decir, a dejar abierto el lugar normal que a la familia pertenece.
R. H. La función del Estado en temas de familia debería ser, simplemente, no estorbar. La familia la debe defender quien la tiene, desde el gran empresario hasta el conductor de taxis.
Rafael Hurtado: "La función del Estado en temas de familia debería ser, simplemente, no estorbar"
P. ¿Un defensor del colectivo LGTB puede ser cristiano, teniendo en cuenta que su concepción de vida está absolutamente alejada de la familia tradicional?
R. A. El cristianismo realiza —mediante la dispensación de la gracia de Dios— un perfeccionamiento de la naturaleza. Eso no tiene nada que ver con un uso defectuoso o con una manipulación de ella. El colectivo LGTB pone la naturaleza al servicio del gusto individual. La primacía del gusto individual sobre la naturaleza hace ya imposible la ética, antes incluso de que intervenga la religión. Son verdades de “Pero Grullo” que también la alta política desconoce.
R. H. Para ser cristiano, uno debe tomarse muy seriamente el concepto de “naturaleza”. Nuestra sociedad actual en general desconoce la relevancia de lo “natural” en relación con la “esencia” de la familia. Dicho desconocimiento no es patrimonio exclusivo del colectivo LGTB, sino de todo individuo que no ha profundizado suficientemente en la importancia de la sexualidad en la vida de las personas.
P. “Cuando una iglesia se degrada, se convierte en guarida de corrupción”, escriben. ¿Qué papel consideran que desempeña la iglesia católica actualmente?
R. A. Una cosa es la iglesia católica y otra los católicos. La Iglesia católica es la institución que más se ocupa del bien común, en particular con la atención a pobres, enfermos y abandonados; y también a través de múltiples centros de enseñanza, en particular para niños y jóvenes. No es extraño, por consiguiente, que, lamentablemente, aparezcan casos individuales de corrupción que, por lo demás, están siendo magnificados —no pocas veces con falsedades— por sectores contrarios a la Iglesia.
No hay que olvidar tampoco, que durante siglos se ha aplicado la doctrina ética correcta de que, siempre que sea posible, es mejor arreglar la corrupción sin que se genere escándalo. Hoy día el escándalo es noticia y además todo el mundo considera que tiene derecho a enterarse de todo. La Iglesia hoy ha abierto sus puertas de un modo que no es el clásico, sino el de la moda actual. No es fácil encontrar encuestas sobre temas de corrupción en los entes manejados por diferentes grupos ideológicos y políticos que se dicen muy en favor de la transparencia. Con la pandemia, se vieron largas colas de personas que recibían gratis cada día su comida. No se vieron colas semejantes en las sedes de los partidos de izquierda.
R. H. La Iglesia Católica ha tenido, y seguirá teniendo, un papel fundamental en la comprensión real y profunda del matrimonio y la familia. A esto se añade el nuevo y renovado protagonismo de los católicos laicos, comunes y corrientes, en la promoción de la familia como “alma” de la sociedad. Lo que es evidente es que el ambiente que ha generado la falta de comprensión de “lo natural” está dificultando a los padres y las madres de familia la transmisión de su espíritu amoroso a sus hijos.
Rafael Alvira: "La primacía del gusto individual sobre la naturaleza hace ya imposible la ética, antes incluso de que intervenga la religión"
P. ¿Por qué la Iglesia vive su peor crisis desde el Concilio Vaticano II? ¿A qué se debe el descenso de católicos?
R. A. La Iglesia, como cualquier institución grande, ha tenido muchas crisis, pero tres particularmente agudas: el arrianismo, el protestantismo y el modernismo. Este último pugnaba desde el siglo XIX por hacerse con la Iglesia, y en el Vaticano II estuvo, por primera vez, aparentemente cerca de conseguirlo. Falló en los textos conciliares, pero triunfó en los medios sociales, y —como no podía ser de otro modo— infringió y sigue haciéndolo, graves heridas en la Iglesia. Por eso, tanto Pablo VI, como Juan Pablo II, como Benedicto XVI insistieron en que había que interpretar bien los textos conciliares. No deja de ser preocupante que ahora esa línea no esté tan clara.
R. H. También es necesario hacer referencia a la Revolución Sexual Global, que precisamente comienza a calar en la cultura desde los años 60 y 70. Lo que estamos viendo es una consecuencia directa de lo poco que se ha reflexionado sobre la fuerza del amor sexual que hace posible la vida humana. El Magisterios de la Iglesia cuenta con textos de gran relevancia al respecto, pero aún falta que su sabiduría impacte con mayor profundidad la vida de las familias.
P. ¿Qué opinan de los postulados transhumanistas que, en contrapartida con la eternidad espiritual del cristianismo, aspiran a la eternidad gracias a la tecnología?
R. A. Vivir perpetuamente en un mundo temporal sólo puede llevar a la desesperación. ¿No nos aburriremos tras trescientos millones de años? ¿Merecería la pena traer nuevos niños al mundo? ¿Van a caber? ¿Y si, aunque seamos inmortales, falta la comida? La hipótesis misma de una perpetuidad temporal no tiene sentido posible.
R. H. Personalmente, me preocupa una vida “eterna” inmersa en una estructura “tecnocrática”, a la cual seguramente muy pocos podremos acceder en todo su esplendor. Por otro lado, me pregunto a qué se dedicarán aquellos pocos que logren ser “eternos” en vida, prescindiendo del espíritu “procreativo” que ha movido al mundo hasta nuestros días.
Rafael Hurtado: "¿Qué ha de sentir el hijo al momento de saber que fue “originado” por gestación subrogada?"
P. Al final de las posibilidades médicas derivadas de las “cotas de desarrollo tecnológico” que enumeran, escriben que “los que pagan son los niños”. Ha sido inevitable relacionarlo con la candente polémica acerca de la gestación subrogada. ¿El deseo de ser madre puede desafiar la reproducción natural? ¿Por qué?
R. A. Porque técnicamente es posible lo que natural, ética y religiosamente, está mal. Si no hubiera esa distinción entre lo posible “técnicamente” y la naturaleza, la ética y la religión, dejaría de existir el bien y el mal, también técnico, pues la técnica puede ir contra la naturaleza, pero acaba pagándolo.
R. H. Me parece que dicha polémica —la maternidad subrogada— es una quimera más que emerge a partir de la confusión a la que me he referido anteriormente. En efecto, gracias a la tecnología es posible que personas humanas sean concebidas o que nazcan fuera del vientre de su propia madre. Yo me pregunto ¿qué ha de sentir ese hijo o esa hija al momento de saber que fue “originado” de esa manera? Lamentablemente, tendrán que pasar varios años para que esta pregunta se realice con rigor científico y las conclusiones revelen lo que el profesor Alvira advirtió con gran agudeza: “La familia es el lugar al que se vuelve”.
P. En un momento hablan de los “centristas moderados” que querrían “salir de la confusión en la que estamos”. ¿Se refieren al Partido Popular en España? Si es así, ¿les parece que su postura con respecto a la gestación subrogada es equidistante?
R. A. No sólo al Partido Popular, hay muchos otros, pero es evidente que ese partido ha dejado de defender la ética natural y cristiana. Y en materias morales no vale la equidistancia.
R. H. En mi caso, le he perdido la pista al Partido Popular desde hace años. Sin embargo, puedo afirmar que en México los políticos “centristas moderados” están muy lejos aún de plantearse siquiera el tema de la “gestación subrogada”.