¿Qué libro está leyendo estos días?
La luz y la montaña, de Soledad Urquia, Horas de invierno, de Mary Oliver y El ocaso de los superhéroes, de Deborah Eisenberg. Siempre leo varios a la vez.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Casi nunca dejo libros sin acabar, me da como pena, además pienso que tal vez en la siguiente página mejore. Me siento incapaz de entender un libro sin leerlo entero. En general, abandono (pospongo) la lectura de un libro por otra lectura.
¿Con qué personaje real o de ficción le gustaría tomar un café mañana?
De ficción: Antoine Doinel, Maud de Mi noche con Maud, Aloma, la protagonista de Aloma, de Mercè Rodoreda. Reales: Luis Buñuel, Natalia Ginzburg y Agnès Varda.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No sé si fue el primero y tal vez no sea lo que consideramos un libro, pero pasé horas y horas leyendo una y otra vez El rey Rollo y el rey Fermín, de David McKee.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?
Papel (alguna vez, leo galeradas en pdf) y a cualquier hora. Prefiero la noche porque es cuando hay silencio. Leo en posturas infames, según sospecho por mis dolores de espalda. Leo en la calle, en casa, en el parque…
Cuéntenos una experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida
La verdad es que casi cada día, una. Las películas de Éric Rohmer, las canciones de Rafael Berrio y los artículos de Bárbara Mingo.
El libro da una visión nada convencional del mundillo literario: ¿qué le recomendaría a un/a joven que quiera dedicarse a la crítica?
Es más importante entender lo que se proponía el libro y si lo consigue o no que lo que provoca a quien lo lee. Lo digo pensando en un tipo de lectura que veo mucho, para mí limitada, que se centra en lo que ha provocado la lectura sin pensar en lo que el libro dice.
¿Y a la novela, a la creación?
Que persista, que lea, que se nutra de otras disciplinas y que sea cabezón: al final es cuestión de resistencia.
¿Por qué cree que a la literatura escrita por mujeres le falta cierto “activismo por la alegría”?
La alegría se asocia con la frivolidad, que está cerca de la estupidez; lo que hace que creamos que si hablamos frunciendo el ceño un poco parecemos más inteligentes. Además se ha creado una ecuación un poco falaz según la cual quien más ha sufrido, más legitimado está para escribir, a lo que se suma el prestigio de la evisceración.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Si por arte contemporáneo entendemos el que hacen mis contemporáneos, sí. En cuanto al arte contemporáneo como categoría me pasa como a Voltaire con Dios: nos conocemos pero no nos saludamos.
¿Se ha enganchado a alguna serie de televisión?
Fleabag, Better Things, Oficina de infiltrados, Irma Vep, de las recientes. Mi mayor “enganche” fue con Alias, con Jennifer Garner, y vi las cinco temporadas de The Wire en un par de semanas.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Me importa si está hecha bien, es decir, con inteligencia, sea cual sea el resultado. Pero me da muchísimo pudor leer sobre mí, mucho más cuando es positiva, lo paso mal. Siempre sirve, aunque solo sea para saber cómo leen los demás.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Depende del contexto. Es una democracia, tiene buen clima y bastantes avances sociales. La excepción española ya se ha caído hasta en lo del autoodio: siempre somos más críticos con lo que conocemos mejor. Al mismo tiempo, soy brasseniana y el día de la fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual.
Una medida para mejorar nuestra situación cultural.
Que la cultura deje de coquetear con el poder, que la rentabilidad económica no sea lo único que importe y DINERO.