La experta en inteligencia artificial y lenguaje Asunción Gómez-Pérez (Azuaga, Badajoz, 1967) ingresó este domingo como miembro de número de la Real Academia Española (RAE) para ocupar la silla q. Con ella son nueve (diez si contamos a la novelista Clara Sánchez, que aún no ha leído su discurso) las mujeres que forman parte de este selecto grupo de custodios de la lengua en España, de un total de 43 miembros (más 3 vacantes). Además, desde ahora es la persona más joven del pleno de la institución y la primera persona especialista en inteligencia artificial y doctora en Informática que ingresa en la institución.
Gómez-Pérez es catedrática de Inteligencia Artificial en la Universidad Politécnica de Madrid, además de su vicerrectora de investigación, innovación y doctorado. También es miembro del Consejo Asesor de Inteligencia Artificial del Gobierno de España, constituido en 2020. Su elección por parte de la RAE responde a la preocupación de la institución, y en particular de su actual director, Santiago Muñoz Machado —que impulsó en 2019 el novedoso plan LEIA (Lengua Española e Inteligencia Artificial)— por asegurarse de que la inteligencia artificial "hable y piense en español, y que lo haga correctamente", señala la academia, así como modernizar sus laboriosos procesos de trabajo.
Dos muestras de la importancia que la RAE concede a este asunto fueron la presencia, en el acto de ingreso de ayer, de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y el hecho de que el propio director de la academia fuera el miembro que se encargó de responder al discurso de ingreso de Gómez-Pérez. La última vez que ocurrió esto fue en 1932, cuando Ramón Menéndez Pidal dio la bienvenida a la academia a Niceto Alcalá-Zamora.
La inteligencia artificial es sin duda uno de los temas que más incertidumbre, controversias y debates está suscitando en la esfera pública en los últimos meses, en lo que respecta a la creación automática de imágenes artísticas y otros contenidos creativos, una hipotética destrucción de puestos de trabajo o incluso visiones más apocalípticas que imaginan un futuro dominado por las máquinas en detrimento de los seres humanos.
En este sentido, el discurso de ingreso de Gómez-Pérez resultó didáctico y tranquilizador, al tiempo que señalaba la importancia de la ética para gestionar la inteligencia artificial y los retos de la RAE en esta materia.
Después de expresar su "profunda sorpresa, gratitud y alegría" por ingresar en la RAE y recordar, como es tradición, al anterior ocupante de su silla —Gregorio Salvador—, la nueva académica explicó que existen dos tipos de inteligencia artificial: la general y la específica. La general "es aquella que puede imitar por completo todas las capacidades relacionadas con la inteligencia. En nuestros días, no existe esta superinteligencia artificial que sea capaz de resolver todas las tareas; al contrario, existen muchas inteligencias artificiales específicas que resuelven actividades concretas de forma muy satisfactoria".
"Aprender y razonar son los dos grandes pilares de la inteligencia artificial. El siglo XXI ha traído novedosas infraestructuras con importantes avances en los procesadores. Estas mejoras han permitido el aprendizaje de modelos numéricos a partir de grandes cantidades de datos utilizando técnicas estadísticas, y también el aprendizaje profundo", ha desarrollado después. "El objetivo del procesamiento del lenguaje natural es la creación de métodos, técnicas y recursos computacionales que permitan a las máquinas “tratar” el lenguaje humano, tanto comprenderlo como generarlo".
Gómez-Pérez también ha manifestado que ingresar en la RAE supone un inmenso privilegio que nunca soñó alcanzar, a la vez que un reto y una enorme responsabilidad al ser la primera doctora en Informática, especialista en inteligencia artificial, que formará parte del pleno. Además añadió: "Mis aportaciones han de ir encaminadas a poner la inteligencia artificial al servicio de la lengua española, pero también a que los materiales de la Academia estén en los formatos de la inteligencia artificial".
En cuanto a la ética en la IA, destacó: "En el año 2018, la Comisión Europea propuso una inteligencia artificial que beneficie a las personas y a la sociedad en su conjunto. Un año más tarde, presentó unas directrices éticas para una inteligencia artificial fiable. Está previsto que España sea pionera por el proyecto piloto que identificará buenas prácticas, que permitirán a las Administraciones públicas y a las empresas implementar la nueva regulación europea en los sistemas de inteligencia artificial".
Las propuestas de Gómez-Pérez
La experta en IA se preguntó cómo puede la RAE normativizar la lengua de las máquinas cuando son producto de una inteligencia artificial y cómo puede ayudar la inteligencia artificial a la Academia en su misión de observar el cambio que experimenta la lengua española.
Para lograr estos objetivos, Gómez-Pérez ha enunciado una serie de propuestas. Entre ellas, incorporar los materiales de la RAE en el espacio europeo de datos lingüísticos, ya que conviene que "las máquinas que usan la lengua española sean entrenadas con materiales lingüísticos fiables".
Asimismo, propone crear modelos de lenguaje en español, para lo que es crucial contar con un gran corpus de textos que permita aprender el vocabulario en él utilizado y la relación entre las palabras que lo conforman, y destaca como necesaria la gobernanza de los materiales lingüísticos.
Además, plantea la creación de una plataforma de software para la inteligencia artificial "que proporcione a desarrolladores externos unas interfaces de programación de aplicaciones basada en estándares, muy detalladas y bien documentadas, con servicios básicos de acceso, que permitan la recuperación y la consulta de los materiales en formatos propios de la casa".
Su quinta propuesta incluye "incorporar más inteligencia artificial en los procesos productivos de la RAE para agilizar sus tareas cotidianas". Y, en relación con esto, considera que el sistema de consultas lingüísticas de la RAE es una gran fuente de información, además de especificar los beneficios de tener un verificador lingüístico en línea para el español y un observatorio también en línea del sistema lingüístico del español.
La novena propuesta recoge la necesidad de elaborar una metodología consensuada "que guíe el proceso de evaluación comparativa y de auditoría de los materiales y tecnologías del lenguaje en español". Así se podrían identificar los riesgos de los grandes modelos de lenguaje para evitar sesgos o posibles casos de discriminación. "Si los corpus utilizados en el entrenamiento de los modelos presentan errores repetitivos en el léxico, el modelo de lenguaje aprenderá dando por buenos los errores", ha señalado.
La décima propuesta incluye la creación de un marco de colaboración estable entre numerosos agentes. Ha especificado que "junto a la Real Academia, deberían participar las Administraciones públicas, las grandes empresas tecnológicas, las pequeñas y medianas empresas, las universidades, los centros de investigación e innovación, así como los centros de enseñanza media y de formación profesional".