Como si del valleinclanesco Callejón del Gato se tratara y reflejase, un año más, el estado de la cultura española, sus logros y renovadas apuestas, ha comenzado la 82 edición de la Feria del Libro de Madrid, la gran fiesta de editores, autores, libreros y lectores, inaugurada hace 90 años. En El Cultural descubrimos con quince escritores habituales de las casetas lo mejor y lo peor de la cita del Retiro.
Elvira Navarro
Las voces de Ariana (Random House)
Me gusta: Me entusiasma, como escritora, conocer a mis lectores, hablar con esa marea ingente que pasea por El Retiro y de pronto se para a saludarte porque te ha leído o ha venido a propósito a por tu dedicatoria. También me gusta hacer de mirona desde la caseta, descubrir qué llama la atención de la gente, cómo valora una portada. Y como paseante, disfruto de un espacio privilegiado y del descubrimiento de novedades de sellos cuya existencia ignoraba.
No me gusta: Me horroriza, lo confieso, el calor, freírme en la caseta, sin que sea posible refrescarse. Por no mencionar que a veces el fin de semana se junta muchísima gente y te puede llegar a aturdir ver esa marea humana, sin rostro, curiosa y abundantísima. Claro que como visitante puede resultar aún peor, especialmente cuando no puedes siquiera avanzar por la enorme cantidad de personal que hay, y hace un calor realmente infernal.
Carlos Marzal
Euforia (Tusquets)
Me gusta: Si uno no tiene demasiadas ínfulas y sabe cuál es su lugar en el gran negocio del libro, es muy gratificante el encuentro con “el lector”, que es siempre una entelequia, un fantasma. Por lo demás, a la feria hay que ir con ánimo feriante, sabiendo que uno es el pez al que miran abrir la boca en la pecera. Si, en cambio, voy como lector y paseante en Feria, lo mejor es la recuperación, por momentos, del espíritu con el que iba de niño y de adolescente a las ferias, imaginando que iba a dar siempre con el libro filosofal, el que tiene todas las respuestas y sabrá hacernos felices cada vez que lo leamos.
No me gusta: El calor sahariano de las casetas es, con mucho, lo peor de la Feria del Libro de Madrid. Y a veces, la cuota de loquitos impertinentes que nos corresponde soportar a cada cual. Y como visitante, detesto el hecho de que en las casetas instaladas en el Parque del Retiro, cada vez son más y mayores las colas de firmas que genera la pseudoliteratura; y menos y menguantes las de la literatura verdadera.
Enrique Vila-Matas
Montevideo (Seix Barral)
Me gusta: Se aprecia un afán real de innovación. Se ha incorporado el mundo de la Ciencia y pienso que también el del arte con la instalación de unos toldos para mejorar la temperatura de la zona de sol de la Feria. En el fondo, yo veo también en esa medida la propuesta de una estética, propia del mundo de Duchamp, que, tras pasarse un verano construyéndose un toldo en la terraza de su casa de verano, proclamó, como si se tratara de un principio artístico: “Permanezco en la sombra, es perfecto”. Ya es toda una tradición en la Feria que haya escritores de gran valía en la sombra. De modo que si alguien, este año, llegara a ver a una parte de ellos reunidos a la sombra de las lonas podría encontrarse con una memorable imagen. Y como paseante, lo mejor es encontrar o localizar personas amigas.
No me gusta: Como autor, quizás lo peor sea que tal vez que nadie acierte a distinguir entre las sombras a ese formidable grupo salvaje que mencionaba antes. Y como paseante, las aglomeraciones excesivas, el atasco radical.
Rosario Villajos
La educación física (Seix Barral)
Me gusta: Acudo a mi tercera Feria del Libro de Madrid con la misma ilusión que en 2019. Aquella vez conseguí firmar un libro, ¡uno solo!, pero la cifra no me quitó la felicidad de quienes han logrado escribir por primera vez una novela. Lo mejor como autora es la experiencia, firmes o no. Me encanta tener la oportunidad de comer o cenar con autores y autoras con quienes mantengo buena amistad. Y, como visitante, poder comprar con descuento un par de novelas y algo de poesía que no tendré tiempo de leer hasta el año que viene.
No me gusta: No me agradan las fechas, ni como autora ni como visitante, hace calor y la alergia se dispara. Me gustó cuando se hizo en septiembre (en 2021), porque ese mes me pega más con los libros, al menos yo guardo un buen recuerdo del olor a colegio y libro nuevo que desprende el otoño.
Ana Iris Simón
Feria (Círculo de Tiza)
Me gusta: Ir a la Feria probablemente haya sido una de las cosas más bonitas que he vivido. Es precioso poder estar en contacto con los lectores, recibir sus comentarios, su cariño, conocer qué ha sido de tu libro cuando lo has echado al mundo. Para mí, mi primera Feria significó darme cuenta de que era verdad que había gente leyendo lo que yo escribía: cuando te dan los números de ventas, o estás en redes o lees la prensa y dicen que has vendido muchos libros, realmente no das mucho crédito. Es cuando conoces a quien está al otro lado que te das cuenta de que tus libros se leen. Y es precioso, aunque también difícil porque te sientes muy en deuda con todos los lectores. Y como visitante, lo mejor es la variedad de casetas que hay: pequeñas editoriales, grandes sellos, librerías, editoriales especializadas... Es genial, aunque inabarcable. También la alegría que da ver el Retiro lleno de lectores, libreros, escritores y editores y la paciencia y la educación de la gente a la hora de organizarse para que les firmen, para pagar, para ver los libros.
No me gusta: Aunque como escritora no te sabría decir nada malo, excepto que no haya sombra, como paseante en las horas centrales del día se echa muchísimo de menos precisamente eso, que haya más sombra. Ojalá la organización buscase una alternativa para esto.
Elvira Roca Barea
Las brujas y el inquisidor (Espasa)
Me gusta: La feria de Madrid es un gran acontecimiento, cita obligada del mundo del libro, en la que los creadores nos encontramos con libreros, editores y lectores, con la cultura y con el negocio editorial. Y como visitante, te permite encontrar tesoros inesperados y títulos asombrosos, porque es una caja de sorpresas en la que descubres, junto las novedades previsibles, otras propuestas desconocidas.
No me gusta: Su mayor defecto es que es muy cansada para los autores, muy exagerada, sus dimensiones gigantescas abruman, ya que al ser tan grande favorece la dispersión. Cuando acudo como lectora, me supera su dispersión. Es como cuando vas al Prado, tienes tanto bueno que mirar que acabas perdiéndote. Yo que he ido a muchas ferias, aquellas en las que hay una oferta más reducida resultan más accesibles, pero en la de Madrid, acabas bloqueada, no sabes a dónde mirar ni qué caseta visitar.
Luis Landero
Una historia ridícula (Tusquets)
Me gusta: La Feria tiene el raro encanto, entre pueblerino y cosmopolita, que es tan propio de Madrid, es muy universal, muy de cualquier parte, pero inconfundiblemente de Madrid. Me gusta encontrarme con los lectores, verles la cara, oírlos, sentir su simpatía y su cariño, y que ellos sientan mi gratitud. Me gusta el reencuentro con amigos, muchos de ellos escritores a los que solo veo de feria en feria. Y me gustan los libreros, sobre todo cuando, después del abrazo, te preguntan qué quieres tomar. Y, como visitante, me gusta el frescor del Retiro.
No me gusta: No me gusta que la cerveza sea muy cara, que a veces no se acerque nadie a que le firmes un libro y se te queda una cara de gilipollas que no hay forma de disimular: sin cerveza y sin firma. Como paseante, además, no me gusta el calor que hace a veces.
Ana Merino
Amigo (Destino)
Me gusta: Me gusta reencontrarme con los libreros y los lectores, y con los escritores amigos que animan la Feria con sus libros y sus firmas. Adoro los lectores con curiosidad que se llevan montones de libros, gente apasionada con la lectura que sabe disfrutar y se prepara para el verano con los libros maravillosos que encontraron en la Feria. Y como paseante, me alegra infinito ver a los libreros felices. Creo que a la Feria hay que ir a comprar.
No me gusta: No me gustan, cuando estoy firmando, los paseantes sádicos que manosean los libros sin intención de comprar y preguntan a los sufridos escritores si son los autores, mientras les dicen que no van a llevarse nada porque en casa tienen ya muchos libros. También me enervan aquellas personas que llevan a sus hijos a pasear y les compran chucherías pegajosas y les dejan toquetear los libros con las manos pringosas. Y los peores son los que cuando sus hijos les piden un libro, llenos de ilusión, les dicen que no, que ya tienen muchos en casa, y por el gesto de la cara de los niños, uno sabe que están mintiendo. Y como visitante, me disgustan esos mismos padres irresponsables, o los no lectores que lo toquetean todo y no se llevan nada.
Sabina Urraca
Cha-cha-cha (Edición de la autora)
Me gusta: Creo que lo mejor de la Feria lo he vivido detrás de las casetas: visitas inesperadas, la aparición del perro de un amigo, un autor que viene a saludar, y nos encontramos en ese pasadizo oculto a las miradas generales, nos reímos, fumamos, hablamos. Quedar con gente en el césped de atrás, leer en los tiempos muertos. La diversión de las bambalinas. Una vez me tocó firmar junto a Cartarescu. Todo el rato me preguntaban: “¿Eres su ayudante? ¿Eres su secretaria?”. Al final les dije que sí, que me trajeran un vino. Y me lo trajeron.
No me gustan: Lo único malo como firmante es llegar a la caseta bajo el sol, resistiendo. Pero sabes que al final te espera ese entretenimiento sencillo de hablar con lectores y amigos, ese ambiente como de romería. Si vas como paseante, siempre me pregunto lo mismo: ¿dónde hace pis la gente durante la feria? Es apurada esa odisea de los baños. Recuerdo aseos móviles atestados.
Marcos Giralt Torrente
Algún día seré recuerdo (Anagrama)
Me gusta: Como autor lo mejor es encontrarte con los lectores. Cada uno de ellos tiene su propia historia y me gusta escucharlas. Los hay que te son fieles y otros que compran un libro tuyo por primera vez. Es divertido o conmovedor, según el caso, y siempre te enciende el ánimo, sobre todo si te iluminan sobre aspectos de tu obra en los que no habías reparado. Esa mirada inesperada es enriquecedora. Como lector, lo mejor es la posibilidad de aprovisionarte de una vez de todas tus necesidades.
No me gusta: En cambio, lo peor son esos días en los que no aparecen o vienen muy pocos lectores a que les dediques un libro, y te castañetean los dientes porque ya no sabes ni de qué hablar con el librero. Como paseante, lo es el calor y las multitudes. De hecho, la Feria ya no la visito salvo cuando tengo que firmar.
Sara Mesa
Familia (Anagrama)
Me gusta: Lo mejor, como escritora y firmante, es hablar con gente querida, los lectores fieles que aparecen cada año (¡Juanjo!), descubrir a nuevas lectoras de todas las edades, los amigos atentos que te llevan botellines fresquitos a la caseta (¡Chema!), las libreras con las que después de pasar una o dos horas juntas quieres ya para siempre, ver chavales que compran con absoluta naturalidad las ediciones de clásicos de Páginas de Espuma, que todo ocurra en el Parque del Retiro en primavera. Y como visitante, lo mejor: llenar las bolsas.
No me gusta: Lo peor: la vergüenza de olvidar un nombre entre el segundo en el que te lo dicen y el momento de la firma, el sentirse observada, no encontrar la caseta que te toca y llegar tarde, la extraña sensación de que no eres la misma persona que escribió los libros que ahora firmas, las caminatas, el calor, las botellas de agua a precio de aceite de oliva virgen extra. Y como visitante: llenar las bolsas.
Eduardo Mendoza
Transbordo en Moscú (Seix Barral)
Me gusta: El Retiro. Eso es lo bueno (para todos): un espacio no invasivo, va quien quiere, el ambiente es alegre; en resumen: la fiesta del libro, una ocasión para que lectores y autores se vean las caras y se expresen afecto y gratitud.
No me gusta: Lo malo (para todos, pero para unos más que para otros): la posible confusión. Leer y escribir son dos actividades que piden un recogimiento conventual. Una juerga al año no hace daño, pero la proliferación y el éxito pueden llevar a suplantar la calidad con dar la vuelta al ruedo y a empujar lo que hasta ahora llamamos literatura hacia la alfombra roja, la final de la Champions y el festival de Eurovisión, cosas muy respetables, pero con un componente de canto de sirenas que cuesta no escuchar. Me inquieta que no haya día sin feria ni premio y el resultado se compute en términos de muchedumbre, cuando no de histeria colectiva. Aunque quizás lo malo no sea eso, sino en que yo me haya convertido en un viejo cansado y cascarrabias.
Marta Sanz
Persianas metálicas bajan de golpe (Anagrama)
Me gusta: Como autora, lo mejor de la Feria es constatar la existencia de lectores reincidentes que van envejeciendo conmigo y cada año me buscan para que nos reconozcamos. Lo es también comprobar que algunos lectores no envejecen conmigo, sino que son infinitamente más jóvenes que yo. Mirar sin ansiedad a la gente que pasa, a la que se acerca y a la que se queda. Como lectora, lo mejor es caminar bajo los árboles para conversar con admirables letraheridos. Curiosear en las librerías de siempre y entre los fondos de esas mal llamadas “pequeñas” editoriales. Descubrir si Juan Vilá o Greta García tienen letra de médico. Beber cerveza en una terracita.
No me gusta: Tengo también claro qué es lo peor: como escritora, experimentar el cambio, a menudo retrógrado, de lo que entendemos por literatura y caer en el error del agravio comparativo. Y como visitante, lo peor es ver las caras, incrédulas y perdidas, de personas dedicadas al oficio de escribir que están solas en su caseta y merecerían tener una cola larguísima y los desesperados intentos de los libreros por salvar ese vacío.
Julio Llamazares
Vagalume (Alfaguara)
Me gusta: Lo mejor, como autor, es el contacto con los lectores y con otros escritores, poder charlar con ellos. A veces sí me ha ocurrido que me hayan confundido con un librero y también en una ocasión compartí caseta con un torero, pero no era la primera vez que estaba encerrado con alguien que no tenía nada que ver con la literatura. Como paseante y lector, sin duda lo mejor es El Retiro porque no soy fetichista ni me importan las firmas.
No me gusta: Hace tiempo, después de publicar un artículo sobre una huelga de taxistas, algunos se acercaron a la caseta en la que firmaba para insultarme. Eso fue de lo peor que me ha pasado como autor, mientras que, como lector, detesto el circo en que se ha convertido, porque parece que todo es lo mismo. En realidad, me temo que cada vez es menos una Feria del Libro y de escritores, y más un circo en el que lo menos importante es la literatura.
Elvira Lindo
En la boca del lobo (Seix Barral)
Me gusta: Comprobar que es una feria popular, que está integrada en nuestra cultura, y que se trata de un lugar de encuentro, eso es lo mejor. También la breve pero intensa conversación con una criatura de diez años que se emociona, a la que no le salen las palabras, pero trata de decirte (si sus padres no interfieren) lo importante que han sido tus libros en su vida. Como visitante me convierto en observadora. Obviamente, no soy una lectora sin más. Voy imaginando lo que piensan y sienten los que están en la caseta. Observo la vanidad desmedida en unos, la humildad sincera o la impostada...
No me gusta: Lo peor es firmar mucho más que el de al lado. Me hace sentir incómoda, porque la literatura no se mide por números. Y como visitante, sentirse vulnerable, expuesto al halago y, de vez en cuando, a la impertinencia.