Si de algo no puede presumir Cristina Carrillo de Albornoz (Madrid, 1966) es de autora novata: exdiplomática de la ONU, veterana comisaria independiente y colaboradora en revistas como El Cultural, es una de las personas más y mejor informadas del mundo del arte.
Por eso, que debute como novelista en castellano con un relato sobre un arquitecto japonés en crisis tras el suicidio de su único hijo es casi, casi necesario.
Lo es por lo que nos descubre sobre la belleza, la importancia de la luz en el arte, sobre el deseo y el amor a través de las vivencias y sentimientos de su protagonista, Kengo Oe, y también por las conversaciones que este mantiene con personajes reales, como su maestro y amigo Tadao Ando.
Gracias a Kengo Oe descubrimos, por ejemplo, que en un estudio de arquitectura de importancia mundial los responsables no se hablan porque el trabajo y la tecnología han desplazado el trato humano; que la luz puede ser un elemento arquitectónico más, o que Tadao, genio autodidacta, fue boxeador en su juventud.
Reivindicación de la belleza y la pasión de existir, Carrillo de Albornoz demuestra en su primera novela un talento poco común para reflexionar sobre el arte más actual.