¡Buenos días!

Han estado muy cerca de ganar estos poemas:

MCPavón

Espantan los mirlos bajo el sauce /mientras una lluvia de estrellas/ hermosea la belleza entre las ramas.

Comienzo de sugerente elegancia, con esos “mirlos bajo el sauce” cuyo movimiento nos hace sumergirnos en la lectura, antes de que la sorpresa de lo desconocido, o el propio aire que respiramos, nos sorprenda “entre las ramas”. Serena y delicada exposición.

PilarAlejo

Un aliento de libélulas crepita / en un atardecer de amapolas. / Su gélida llama tiñe de sombras los girasoles.

La originalidad forma es parte de este poema desde su evocador comienzo, con ese “crepitar” que nos ofrece una calidez interior “en un atardecer de amapolas”, antes de ese cierre que nos hace girarnos hacia el sol de nosotros mismos. Excelente final.

Ayalgamar

Cuando madure el torso del cielo,/ catedral de la honesta luz del mediodía,/ acudiremos a la solitaria lucidez de la sombra.

Estupendo comienzo, con una imagen que sostiene el resto del poema y resulta tan potente como evocadora. El verso central es un verdadero hallazgo: esa “catedral de la honesta luz del mediodía”, antes del cierre que nos conduce hacia nuestra luz interior.

Pero el ganador es

Charles

Y vuelven a llevarnos todos los caminos a la umbría hospitalaria. / Allí, donde un día, hicimos arder / las naranjas de la noche.

Desde esa seductora “umbría hospitalaria final”, nos conducimos hacia el magma inaugural, donde ardieron “las naranjas de la noche”. Esas “naranjas de la noche” ardiendo concentran toda la llamarada metafórica del lenguaje, desde su sencillez. Es un mundo abolido que de pronto también se representa a través de su fuego primigenio.

Tema de esta semana: “Planetas interiores”. Los hemos recorrido al abismarnos dentro de nosotros: lo que pudimos ser y lo que somos, esa gravitación al interior del deseo, pero también su espejo hacia una realidad que define y nombra. Somos un sistema y tenemos también órbitas dispersas que nos dan latitud, sentido y orden. Escribamos de esto, en 3 versos y no más de 140 caracteres. De todos los planetas que también nos habitan, que respiran y son nuestro baile en el sueño.