¿Qué libro tiene entre manos estos días?
Cuchara cuchillo tenedor de Dimas Prychyslyy.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Normalmente me esfuerzo en acabarlos, soy de esas, pero me suelo arrepentir de haberlo hecho cuando los personajes se comportan de manera incongruente con lo que sabemos de ellos, cuando hacen tantas cosas de manera simultánea que necesitarían tener ocho brazos o cuando hay largas descripciones de comida. Entiendo que esto último es manía personal.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Mi primer juguete fue un libro de cartón sobre bañarse, sin letras. Entre ese y el primero que me marcó, El viaje de Doble-P de Fernando Lalana, no recuerdo gran cosa.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura? ¿Es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?
Soy de papel y leo siempre que puedo. En transportes leo mucho porque viajo mucho en tren. También en el sofá de casa. Antes leía al meterme en la cama, pero de un tiempo a esta parte he desplazado ese hábito a las mañanas.
Cuéntenos una experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
La visita con el instituto al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. No salí de allí siendo la misma. Creo que no me esperaba el impacto que tuvo en mí la exposición permanente. Todavía guardo algunas postales que compré ese día y que me han acompañado casi como talismanes. Hay referencias a esa visita ocultas en mucha de mi obra.
¿Por qué el infierno es una chica adolescente?
Porque es la época de la traición. El cuerpo traiciona, traicionan las emociones. En muchos casos, la necesidad de encajar, de pertenecer a algo. traiciona y daña. Es una época peligrosa, aunque también llena de luminosidad y euforia. En el caso de este libro, además, hablo de las infancias y adolescencias postransicionales, la época en la que la heroína pasó de ser una droga que mataba a una estética de pasarela, el heroin chic. En el fondo, este es un libro muy generacional, y de ahí también el título.
La pérdida de la inocencia ¿es una buena materia literaria?
Creo que todo puede ser una buena materia literaria si se enfoca de manera que funcione. La pérdida de la inocencia, en el fondo, es algo que nos ocurre a todos casi a diario. Identifico esa pérdida con cualquier cosa que nos decepcione o nos rompa el corazón. Cualquier cosa que toque de manera tan íntima es buen material para la literatura.
¿De dónde nace su fascinación por la fantasía y el terror?
Tanto la fantasía como el terror son una forma de ver la vida, por lo que no nace: se lleva dentro. Estos cuentos tratan de respetar mi forma de ver el mundo a las edades de los personajes, por lo que están teñidos de inseguridades, monstruos, y también de magia. Cuando era pequeña, un yonqui no me parecía un adicto, sino un vampiro.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Hay cosas que entiendo y no me emocionan en absoluto y otras que me emocionan sin necesidad de entenderlas. Supongo que las razones son misteriosas incluso para mí.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Creo que si me importase mucho no me dedicaría a reivindicar la cultura popular o el fantástico, porque no suelen tener mucho predicamento. En cualquier caso, sí sirve. Cuando es buena, para saber que tantísimo esfuerzo ha calado en algún sitio. Cuando es mala, para aprender.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me parece un gran lugar para vivir. El clima es acogedor, se come bien, la gente es agradable y generosa... También tenemos una sanidad y una educación públicas a valorar y proteger de aquellos que pretenden destruirlas.
Proponga una medida para mejorar nuestra situación cultural.
Volvería obligatorio que, para ostentar un alto cargo público relacionado con la cultura, se tuvieran conocimientos específicos sobre el tema y de gestión, además de reuniones periódicas con aquellos a los que afecten las posibles medidas adoptadas. Creo que con eso nuestras vidas mejorarían bastante.