Hola, amigos:
Podéis empezar a escribir sobre el aperitivo.
El ganador de la semana pasada, dedicada a los controladores aéreos, ha sido...:
Rumor
En su defensa, el controlador aéreo solo podía argumentar aquella preciosa y maldita salida del sol.
Este microrrelato trata sobre la agobiante responsabilidad de los controladores aéreos. El relato señala con brillantez y humor negro cómo un acontecimiento tan hermoso como un amanecer puede transformarse en un suceso maldito, por trágico, que provoque una desgracia. El autor nos sitúa en la difícil o imposible defensa que tiene un controlador aéreo que se ha visto envuelto en un incidente fatal (pero elíptico) debido a su contemplación inadecuada de un amanecer muy bello. Late aquí el síndrome de Stendhal, esa experiencia de éxtasis que invadió al escritor francés al contemplar la riqueza artística de Florencia.
El autor utiliza, de manera implícita, esta noción para tejer un microrrelato donde la exquisita belleza del amanecer se convierte, irónicamente, en el desencadenante de una tragedia aérea. La maestría de Rumor radica en su empleo ingenioso de la elipsis, esa técnica narrativa que invita al lector a ser parte activa de la historia al llenar los vacíos dejados astutamente por las palabras. Esta omisión estratégica no solo culmina la historia de manera precisa, sino que también involucra al feliz lector en la conclusión de la tarea.
Enhorabuena, La Marca Amarilla, por el relato, magnífico, y por el premio.
Otro micro pudo haber ganado:
Marta
Se sentó junto al resto del pasaje; al ver que el avión no despegaba el controlador aéreo sospechó que se le habían acabado los días libres.
Saludos cordiales.
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