Las madrigueras
Concurso de microrrelatos conducido por Juan Aparicio Belmonte
5 febrero, 2024 11:57Hola, amigos:
Podéis empezar a escribir sobre las madrigueras.
El ganador de la semana pasada, dedicada a la cortesía, ha sido...:
Vilma
Ayudaba a los ciegos a cruzar la calle, cargaba la compra de las ancianas, cedía su asiento en el metro. Y nunca enseñaba los colmillos.
Este ingenioso microrrelato de Vilma nos sumerge en un mundo de cortesía aparentemente común, donde el protagonista realiza gestos amables como ayudar a los ciegos, cargar las compras de las ancianas o ceder su asiento en el metro. Todo bello y ejemplar, ¿quién puede pensar mal de alguien que se comporte así?
Estas acciones construyen la imagen viva de una persona considerada y bondadosa. Sin embargo, la última frase, "Y nunca enseñaba los colmillos", culmina la narración con un giro sorprendente que provoca un efectivo cambio de perspectiva en el lector. Descubrimos que no es oro todo lo que reluce.
El detalle de los colmillos es la revelación de que la cortesía no siempre es fiable, toda vez que puede encubrir una fórmula para el camuflaje o para el engaño. La elección de los "colmillos" como el elemento perturbador del relato evoca la imagen de un vampiro o incluso del legendario Conde Drácula, en definitiva, una imagen peligrosa y maligna.
La dualidad del comportamiento amable con la existencia de los colmillos ocultos es el elemento crucial del microrrelato, su tema central, y desmonta el valor de la cortesía como expresión de bondad, y de pronto, aparece como el disfraz peligroso de los malvados. Así que mucho ojo con la cortesía, amigos: está en los mejores, pero también en nuestros más peligrosos congéneres.
Enhorabuena, Ana María Abad García, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
Meraki
Los sirvientes de la recién enviudada condesa comenzaron a sospechar de su estabilidad económica cuando empezó a tratarlos cortésmente.
Viteri
Cuando le rodeó el cuello con la soga ella le dio las gracias. Nadie la había recolocado la melena con tanta atención.
Nuria
Antes de violar a sus víctimas las pedía cortésmente que se desnudasen prometiendo no mirar.
gpm
La vio con la guadaña a un lado de la acera. Le pareció mayor y quiso ayudarla a cruzar mientras se acercaba un coche muy rápido.
RamónJ
Con noventa años, cedió el sitio y volvió a sentirse joven.
Saludos cordiales.
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