El escritor húngaro László Krasznahorkai (Gyula, Hungría, 1954) ha sido reconocido con el Premio Formentor de las Letras 2024. Según el acta del jurado, recibirá el galardón “por sostener la potencia narrativa que envuelve, revela, oculta y transforma la realidad del mundo, por dilatar la versión novelesca de la enigmática existencia humana, por convocar la vigorosa lectura de una compleja fabulación y construir los fascinantes laberintos de la imaginación literaria".
"La obra de nuestro premiado abarca en su elíptica y demorada evocación los sombríos, bellos y melancólicos paisajes del alma, la abrupta cartografía de la sinuosa peregrinación humana y los secretos murmullos de una ensimismada premonición”, añade el acta del jurado, reunido en Tánger y constituido por Berta Vías Mahou, Dulce María Zúñiga, José Enrique Ruiz-Domènec, Andrés Ibáñez y su presidente Basilio Baltasar.
Entre las consideraciones del acta, se ha ponderado también "la trama de unas ficciones sorprendentes" y unos personajes que "se distinguen por su lánguida, recóndita y ensortijada personalidad", pues "son siempre densos, imprevisibles y al borde de una delirante redención". Además, "en su itinerario narrativo, conciencia y peripecia, ironía y tristeza, la locura y lo sagrado, fluyen al compás de una meditada cavilación".
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En cuanto a las estructuras narrativas, que "manifiestan la energía creativa de una literatura ajena por completo a la influencia industrial del divertimento", se ha valorado también "su estilo detallista, lento y dilatado". De la forma se ha destacado, además, el "virtuosismo de su elegante escritura". En general, "las obras de Krasznahorkai nos devuelven la virtuosa flema de la lectura y la contemplación de lo extraño, solemne, letárgico, oscuro y voluptuoso que palpita en el corazón del hombre. Nuestro autor renueva así la autoridad estética de la gran literatura", concluía el acta.
Krasznahorkai estudió Derecho y Lengua y Literatura Húngaras y, tras algunos años como editor, se convirtió en escritor. Abandonó la Hungría comunista en 1987 y viajó a Berlín Occidental para obtener una beca. A principios de la década de 1990, pasó largos períodos de tiempo en Mongolia, China y Japón, lugares que propiciaron nuevas derivas de estilo en su escritura. Viajó por Europa y vivió en el piso de Allen Ginsberg en Nueva York mientras escribía la novela Guerra y guerra (1999).
Desde entonces su obra ha convocado a lectores de todo el mundo cuyas afinidades se correspondían con la tradición de la novela europea. Aunque antes, con su primera novela, Satantango (1985), traducida en España como Tango satánico, se erigió en uno de los grandes protagonistas de la literatura húngara. Hoy sigue siendo su obra más conocida. También cabe destacar, de esta primera etapa, Melancolía de la resistencia (1989). Ambas fueron adaptadas a la gran pantalla por el director Béla Tarr, amigo del escritor.
Guerra y guerra, Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río, Ha llegado Isaías, Y Seiobo descendió a la Tierra, Relaciones misericordiosas o El último lobo son algunas de sus obras traducidas al castellano. La editorial Acantilado se ocupa de la publicación de estas en España. Sobre la última, Relaciones misericordiosas, un conjunto de relatos publicado en 2023, el crítico Ernesto Calabuig escribió en las páginas de El Cultural que en ellos "se aprecia el magisterio de Kafka y el trasfondo de la propia y vapuleada historia de la Hungría del pasado siglo".
En marzo de 2004 recibió el Premio Kossuth de manos del gobierno húngaro, uno de los más prestigiosos de su país, por el conjunto de su obra. En mayo de 2015 fue reconocido con el Man Booker Internacional y en abril de 2021 con el Premio Austríaco de Literatura Europea. El Premio Formentor de las Letras, que cuenta entre su elenco de ganadores con nombres como Beckett, Borges, Fuentes, Javier Marías o Vila-Matas, redondea la trayectoria de un autor único que, en estos momentos, vive apartado del mundanal ruido en las colinas de Szentlászló (Hungría).