El escritor albanés Ismail Kadaré (Gjirokastra, 1936), el más célebre de su país y uno de los autores más importantes de Europa en el siglo XX, ha muerto a los 88 años de edad en un hospital de Tirana, la capital de Albania, según ha informado su editor, Bujar Hudhri, a la agencia AFP.

Según Associated Press, una enfermera del hospital donde fue ingresado de urgencia este lunes informó de que sufrió un paro cardiaco.

En 2009 Kadaré ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. El jurado elogió "la belleza y el hondo compromiso de su creación literaria" y que sus obras destacan por su "lenguaje cotidiano pero lleno de lirismo" con el que "expresa la pesadumbre de la conciencia". También subrayó el compromiso del autor albanés en "denunciar cualquier forma de totalitarismo".

Kadaré también ganó el Premio MAN Booker Internacional y fue un eterno candidato al Nobel de Literatura. Publicó más de 80 novelas, obras de teatro, guiones, poesía, ensayos y colecciones de cuentos traducidos a 45 idiomas.

Kadaré nació en una familia musulmana laica. Su padre era funcionario de correos y su madre, ama de casa. Después de cursar la educación primaria y secundaria en su ciudad natal, estudió Lengua y Literatura en la Universidad de Tirana. También estudió literatura en Moscú, con una beca concedida por el gobierno albanés, hasta 1960. Ese año, tras la ruptura de las relaciones entre Albania y la Unión Soviética, regresó a su país, donde ejerció el periodismo en varios periódicos y suplementos culturales. Fue editor jefe del periódico en francés Les Lettres Albanaises.

"El único español que entraba en la Albania de la dictadura era El Quijote", afirmó Kadaré cuando recibió el Príncipe de Asturias de las Letras

El choque entre el totalitarismo y la libertad creativa fue una constante en su vida. La dictadura comunista de Albania encabezada por Enver Hoxha dificultó su carrera literaria. No obstante, consiguió deslizar críticas políticas en sus libros mediante el uso de alegorías.

Kadaré alcanzó reconocimiento internacional con la novela El general del ejército muerto en 1963. En ella narra la ingrata tarea de un general italiano y de un sacerdote, también coronel del ejército italiano, que son enviados hasta Albania veinte años después de la Segunda Guerra Mundial para encontrar los cuerpos de sus compatriotas muertos allí durante la guerra y repatriarlos. Mientras tratan de cumplir con su misión, se preguntan por la inutilidad de la guerra y la falta de sentido de su empresa.

En 1981, su novela El palacio de los sueños, claramente antitotalitaria, fue prohibida. En ella denunció el régimen burocrático y autoritario albanés, creando una distopía kafkiana. Otras de sus obras más notables son Abril quebrado, El monstruoEl gran inviernoEl cerco y Los tambores de la lluvia.

En 1990 solicitó asilo en Francia, afirmando que "las dictaduras y la literatura auténtica son incompatibles", y que "un escritor es el enemigo natural de una dictadura". No obstante, siempre rechazó la etiqueta de escritor político. Meses después cayó la dictadura albanesa tras una serie de protestas multitudinarias.

Su último libro, publicado el año pasado, se titula Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak. En él escudriñaba los pormenores de la conversación telefónica entre el dirigente soviético y el poeta ruso en 1934. El tirano y el artista que años más tarde alumbraría Doctor Zhivago cruzaron unas pocas frases a propósito del gran poeta ruso Ósip Mandelshtam, arrestado un mes antes por escribir un poema contra Stalin.

El año pasado, el presidente francés Emmanuel Macron le concedió el título de Gran Oficial de la Legión de Honor durante una visita del mandatario galo a la capital albanesa. Anteriormente, Francia también le había nombrado asociado extranjero de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, así como Comendador de la Legión de Honor.

Durante una entrevista para El Cultural en 2016, en su casa de París, donde pasaba buena parte del año, Kadaré explicó que su éxito internacional, a raíz de su libro El general del ejército muerto, ocurrió por casualidad. "Todos los países comunistas tenían una editorial que publicaba a los escritores del país en otras lenguas. Era una manera que tenían de hacer propaganda en el extranjero. Todos los escritores que publicaban algo bueno, o que ellos consideraban bueno, pasaban por esa editorial. Esa primera novela mía fue traducida al francés por un escritor albanés. Un día, pasó por una librería albanesa un escritor francés y mi libro le llamó la atención. El título, eso del "soldado muerto", le sonó muy raro y lo hojeó. Enseguida se sintió sorprendido por la calidad de la traducción y compró la novela. Tenía esa idea de la inexistencia de la literatura albanesa y le chocó encontrar un libro así".

Así fue como el libro llegó a las manos del editor Albin Michel, que lo publicó sin dudarlo. Desde entonces, todos sus libros, incluidos los que estaban prohibidos en su propio país, vieron la luz en Francia.

"El único español que entraba en la Albania de la dictadura era El Quijote", afirmó Kadaré en la ceremonia en la que se le entregó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en Oviedo en octubre de 2009.

"Cuando entre mi país y España no iba ni venía nadie, un caballero solitario, despreciando las leyes del mundo, cruzaba cuantas veces se le antojaba la frontera infranqueable. Ya imaginaréis a quien me refiero: a Don Quijote", declaró el escritor. "Fue el único al que no consiguió detener aquel régimen comunista, para el que la cosa más fácil del mundo era precisamente detener, prohibir".