Los Juegos Olímpicos y la literatura mantienen un estrecho vínculo desde el año 776 a. C., fecha en la que, según el consenso historiográfico general, se celebró la primera competición en la Antigua Grecia. Cada cuatro años se organizaban en el santuario de Zeus, en Olimpia, carreras de carros, carreras a pie, concursos de lanzamiento de disco o de jabalina, luchas cuerpo a cuerpo y otras actividades que recuerdan a los juegos fúnebres en honor a Patroclo, muerto en la Guerra de Troya, de los que dio cuenta Homero en la Ilíada.

Además de constituir un modo de rendir culto a Zeus, rey de los dioses, los griegos aprovechaban estos juegos para abrazar su historia y su mitología. En el 394 d. C. fueron prohibidos y no fue hasta el impulso del barón Pierre de Coubertin, a finales del siglo XIX, cuando se inaugura la era moderna de los Juegos Olímpicos. Desde 1896, año en que se celebraron los primeros en Atenas, se han derramado ríos de tinta en torno a curiosidades y momentos trágicos o heroicos que han acontecido. Cada cuatro años, coincidiendo con la celebración de los Juegos, se publican puñados de libros relativos.

Desde El Cultural nos parecía que lo interesante ahora era saber qué libros leían los olímpicos actuales. Con motivo de la inminente celebración de los Juegos en París, hemos contactado con las federaciones deportivas que aportan participantes a la delegación española. ¿Qué libros se llevarán a la Villa Olímpica? Lo más oportuno era arrancar con Támara Echegoyen, la abanderada de España junto al piragüista Marcus Cooper Walz. La regatista ha tenido a bien ponerse a nuestra disposición para descorchar esta serie. 

En los Juegos de Londres, celebrados en 2012, Echegoyen logró una medalla de oro para la vela española junto a Sofía Toro y Ángela Pumariega, las otras deportistas a bordo de la tripulación Elliott 6m. En esta ocasión competirá con Paula Barceló en 49er FX, una clase internacional de embarcación a vela. Más de una década después sigue siendo una seria aspirante a la medalla olímpica, circunstancia que no le aparta de navegar esta vez a lomos de un buen libro.

"Siempre hay un buen momento para refugiarse en la lectura", dice Echegoyen a El Cultural. Pocos días antes de la ceremonia inaugural, confesaba que se llevaría a la Villa "una gran pila de libros". "Es una de mis pasiones, y refugiarme en el universo de la lectura es mi mejor aliado. Siempre tengo un libro esperando en los lugares donde aprovecho para desconectar, en la habitación o en el salón. Además de un par más en dispositivos digitales para poder acceder a ellos en cualquier momento. Tengo la capacidad de leer varios al mismo tiempo", añade. 

De los clásicos a la temática feminista

Aunque no tiene un autor de cabecera en particular, suspira por los libros de Almudena Grandes, Rosa Montero, Haruki Murakami, Paul Auster o Ángeles Caso, entre otros. El ensayo Las olvidadas, de esta última, encontrará a buen seguro un hueco privilegiado en su maleta.

En su reciente entrevista con El Cultural con motivo de este libro recuperado por Lumen, un texto que veinte años antes abrió una veta entonces inédita reivindicando a grandes creadoras, Caso relataba cómo "los sabios [del siglo XIX] no concebían que una mujer pudiese hacer nada importante, así que, a las que se iban encontrando en sus investigaciones, simplemente las tachaban. Construyeron un relato totalmente androcéntrico y falso, acientífico, en el que borraron a la mitad de la humanidad". 

No es casual, por tanto, que otros de los títulos que viajen con nuestra abanderada hasta la Villa Olímpica sean el cómic Feminismo para principiantes, de Antonia Santolaya y Nuria Varela, y el histórico Africana. La primera mujer que circunnavegó la tierra, de Luis Mollá Ayuso y Verónica Martínez Amat.

El interés de nuestra abanderada por la temática feminista es manifiesto. Veremos si este empuje de literatura y concienciación le depara nuevos éxitos, hecho que se traduciría en muy buenas noticias para la armada española. De momento, los datos de participación son elocuentes a este respecto. Hasta 382 deportistas representarán a la delegación nacional del Comité Olímpico Español, que cuenta con más mujeres que hombres —192 por 190— en unos juegos que han pulverizado todos los récords de paridad. 

Echegoyen será protagonista de una de las imágenes de este viernes en nuestro país. En París y con la llama olímpica por testigo, será una de las 10.500 deportistas que formarán parte de un desfile inédito que comenzará en el puente de Austerlitz, al este de la ciudad del Sena, y recorrerá, en centenares de embarcaciones, seis kilómetros del río hasta terminar frente a la Torre Eiffel. Nunca antes la ceremonia inaugural se había celebrado fuera de un estadio olímpico.

No desfilarán, por cierto, los deportistas rusos ni bielorrusos, después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) vetara la participación de las delegaciones de ambos países en los Juegos de París: a Rusia, por la invasión de Ucrania; a Bielorrusia, por prestarse como plataforma para esta ofensiva. Los deportistas de estos países que han decidido acudir figuran en la categoría de Atletas Individuales Neutros (AIN) y, además de haberse comprobado previamente que no apoyaron los ataques a Ucrania, no portarán en París la bandera ni escucharán sus respectivos himnos.