La escritora irlandesa Edna O’Brien ha muerto a los 93 años, según confirmó su agente este domingo. La autora de novelas como Las chicas de campo, La chica de ojos verdes y Chicas felizmente casadas falleció el sábado tras "una larga enfermedad", según el comunicado de su agente.

Autora de más de 20 novelas, fue una de las escritoras irlandesas más prestigiosas del siglo XX y tuvo, hasta el final de su vida, el reconocimiento de la literatura internacional. Philip Roth, por ejemplo, consideró que era "la escritora en lengua inglesa de más talento".

Nacida en 1930 en Tuamgraney, un pueblo rural del condado de County Clare, en Irlanda, fue la menor de los cuatro hijos de Michael O'Brien, con problemas de alcoholismo, y Lena O'Brien, con una acentuada fe católica que determinó la conducta de O'Brien. En 1954 se casó con el escritor Ernest Gébler en contra de la voluntad de sus padres.

Se mudaron a Londres y alumbraron dos hijos, Carlo Gébler, escritor, y Sasha Gébler, arquitecto. "Irme de Irlanda significó para mí ver el mundo que había fuera y traerlo conmigo", relató en una entrevista con El Cultural en 2015, con motivo de la publicación de la novela Las sillitas rojas, uno de sus últimos libros.

O'Brien, que había estudiado Farmacia en Dublín, trabajó como boticaria mientras leía manuscritos para una editorial londinense hasta que en el año 1960 publicó su primera novela, Las chicas de campo, con la que sería muy criticada desde los sectores sociales más pacatos de su país —el párroco de su pueblo quemó ejemplares en la plaza— por abordar la sexualidad de dos chicas jóvenes. 

Las chicas de campo sería el inició de una trilogía que se completó con La chica solitaria, publicada en 1962, y Chicas en sus benditos matrimonios, en 1964, año en que se separó de Gébler. Considerada un clásico por la comunidad literaria internacional, su primera novela llegó al lector español de la mano de la editorial Errata Naturae, que la publicaría en 2013.

A lo largo de su trayectoria, destacan también otras obras como Noche (1972), el monólogo de una mujer durante una larga noche de insomnio, y Tiempo y marea (1975), sobre la experiencia alucinógena del consumo de LSD, así como libros de cuentos como La señora Reinhardt y otros relatos (1978), Regreso (1982) y Diapositivas (1990). El relato supondría un significativo cambio de rumbo en su carrera. A propósito, la cuentista Alice Munro, también fallecida recientemente, era una gran admiradora de O'Brien.

La sexualidad femenina, la violencia doméstica, la represión social y la situación política de su país, en la que resulta ineludible la presencia del Ejército Republicano Irlandés (IRA), fueron constantes temáticas que atravesaron su producción literaria. "Soy una católica irlandesa y tengo un gran iceberg de culpa", manifestó en alguna ocasión.

En su escritura, siempre reivindicó "el inglés de Irlanda". "Si tú lees a un escritor inglés actual y después coges un libro mío y lees un párrafo, verás que ambos están escritos en inglés, pero la sintaxis es diferente. Es algo común a todos los escritores irlandeses. James Joyce es el mejor ejemplo. La audacia y la originalidad de su inglés es una especie de venganza histórica, la venganza de los territorios que fueron conquistados", dijo en El Cultural. 

Cumplida la ochentena, O’Brien quedó consternada con la historia de las 276 estudiantes de Chibok (Nigeria) secuestradas por Boko Haram en 2014, hasta el punto de que se trasladó al norte de Nigeria, donde permaneció meses documentándose y entrevistando a algunas de las jóvenes que fueron liberadas. En 2019, a sus 89 años, publicó La chica, una estremecedora crónica en primera persona sobre la historia de Maryam, una de las estudiantes secuestradas.

Tras publicar su trilogía iniciada por Las chicas de campo, escribió guiones y adaptó textos para el cine. Además, es autora de una obra dramática sobre Virginia Woolf (1980) y dos importantes biografías sobre James Joyce (1999) y sobre Lord Byron (2009).

La escritora obtuvo importantes reconocimientos como el Kingsley Amis en 1962, el Los Angeles Times Book Prize en 1990, el Irish PEN Award en 2001 y el David Cohen Prize de Literatura en 2019. También sería galardonada en 2011 con el Frank O'Connor International Short Story Award por la novela Saints and Sinners.