La natación artística, conocida también como natación sincronizada, es deporte olímpico desde los Juegos de Los Ángeles 1984. Antes de este hito, las primeras competiciones se organizaron para hombres, y sin embargo estos no han participado en una prueba olímpica hasta ahora. París será el evento en el que los varones compitan por primera vez en unas Olimpiadas y lo harán en la prueba por equipos.
No obstante, el equipo español solo está compuesto por mujeres, que tratarán de interrumpir la sequía de medallas que arrastramos desde Londres 2012, cita en la que logramos el bronce por equipos y la plata en el dúo. Pekín 2008 fue incluso mejor. Aunque la era gloriosa de Gemma Mengual, Andrea Fuentes y Ona Carbonell parezca muy lejana, este grupo viene con una enorme ilusión a estos Juegos.
Las nadadoras más veteranas, Meritxell Mas (1994) y Paula Ramírez (1996), han accedido a participar en la serie Libros en la Villa Olímpica, que llega a su fin con esta entrada. Ambas reconocen que la lectura es una herramienta para la necesaria desconexión de los entrenos y las competiciones.
Mas disfruta leyendo un capítulo corto antes de dormir. En París, ese capítulo corresponderá, con toda seguridad, a una novela de Javier Castillo, pues son de este autor los dos libros que ha metido en la maleta. Uno es El cuco de cristal, que ya lo tenía empezado, y otro La grieta del silencio. Es su autor favorito, aunque también se sumerge en los thrillers de Shari Lapena.
Recuerda haberse enganchado a la lectura gracias a su hermana. "De pequeña a lo mejor me costaba un poco más, pero compramos libros juntas y nos los vamos dejando porque tenemos gustos parecidos", cuenta a El Cultural. Y añade: "No me voy a ningún viaje sin llevar un libro conmigo".
El caso de Paula Ramírez es distinto. La nadadora se aficionó a la lectura con libros de autoayuda como Los cuatro acuerdos, del doctor Miguel Ruiz. "Psicología, sociología y nutrición son los temas que más me atraen porque puedo aplicarlos a mí misma", asegura Ramírez, que también se sintió muy identificada con Lágrimas por una medalla, de las gimnastas Tania Lamarca y Cristina Galla. "Me hacía vibrar muchísimo", recuerda.
Ahora no dispone de demasiado tiempo para leer. Además de la preparación para las Olimpiadas, en las últimas semanas estaba concluyendo un máster. En París, sin embargo, sí encontrará algún buen momento, así que ha decidillo llevarse el libro Detrás del ruido, de Ángel Martín.