Bibiana Collado Cabrera: "El mundo prestigia lo doloroso, lo dañino. Es el momento de darle valor a la luz"
Tras el éxito de su primera novela, 'Yeguas exhaustas', la escritora vuelve a la poesía con 'Chispitas de carne', que publica La Bella Varsovia.
14 septiembre, 2024 02:18¿Qué libro está leyendo?
El cielo de la selva (Lava Editorial), de la escritora cubana Elaine Vilar Madruga. Una experiencia brutal, poderosísima, que te contrae las entrañas.
¿Cuál es el libro que más le ha “autoayudado”?
Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz.
Si no hubiera podido ser escritora, ¿qué le hubiese gustado ser?
Me imagino mil vidas ejerciendo mil profesiones distintas. Ahora mismo soy profesora y lo cierto es que me encanta.
¿Qué comparten la poeta de Chispitas de carne con la narradora de Yeguas exhaustas?
El entusiasmo por generar relatos que nos interpelen como comunidad.
Chispitas… es un luminoso poemario de amor y desamor: ¿Qué nos pasa para que nos resulte tan difícil elegir querer bien y a menudo tengamos, como recuerda uno de los versos de este libro, “nostalgia del daño”? ¿Por qué nos gusta tanto lo oscuro?
No creo que nos guste especialmente lo oscuro, sino que hemos crecido en un mundo cultural que ha prestigiado lo doloroso, lo dañino, lo que acaba mal. Es el momento de darle valor a la luz.
Chispitas de carne es también un libro sobre la maternidad, la familia y los hijos (“Nana del hijo-padre”, “Nana de la hija madre”). ¿Qué es más fuerte y poderoso, el temor o el deseo?
Son indisociables, estoy convencida de ello.
Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.
Ultrabelleza, de María José Llergo.
¿Cuál es la serie que ha devorado más rápido? ¿Diría, por cierto, que es la mejor que ha visto? ¿O es otra?
Mi reno de peluche (Baby Reindeer), escrita y protagonizada por el escocés Richard Gadd. No sé si es la mejor, pero la verdad es que me ha sacudido de una manera muy honda y ha iluminado algunas zonas realmente oscuras.
¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?
La película que Isabel Coixet ha realizado a partir de Un amor, la novela de Sara Mesa, me fascinó. Por eso mismo, no podría vivir en ella ni un minuto, es increíblemente asfixiante y dolorosa.
¿Ha experimentado alguna vez el síndrome de Stendhal? ¿Ante qué?
Sí, ante las manos de mi madre.
No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.
Me disgusta la mirada condescendiente y deslegitimadora de algunos sectores hacia las experiencias de lo real que no encajan con la burbuja en la que viven, aunque sean mayoritarias, aunque sean interesantes, aunque sean potentísimas intelectualmente. Resumiendo, me desagrada profundamente el elitismo cultural, por lo que significa y también por el tipo de productos que genera.
Una obra sobrevalorada.
La conjura de los necios, de John Kennedy Toole.
Un placer cultural culpable.
No simpatizo con ese concepto. Si produce placer, no debe generar culpa.
¿Cuál es la última exposición a la que ha ido? Impresiones…
Durante este verano he visitado los memoriales de los campos de concentración de Rivesaltes y Argelès-sur-Mer, la Maternidad de Elna y otros espacios del sur de Francia que resultan cruciales para la construcción de nuestra memoria colectiva. Las exposiciones sobre el Exilio –allí aluden a la Retirada– me han parecido absolutamente necesarias.
¿La Inteligencia Artificial matará la creación artística?
No lo creo.
España es un país…
En construcción.