F. D. Quijano
Publicada
Actualizada

El filólogo granadino Pedro Cátedra García (Las Gabias, Granada, 1954) ingresó este domingo en la Real Academia Española (RAE), donde ocupará la silla A. En su discurso de ingreso, titulado Biografía de un libro, el nuevo académico elogió la bibliofilia como "virtud pasional" y la "humanización del libro" en tiempos de "crisis de las humanidades", informa EFE.

Cátedra García sustituye en la silla A a Manuel Seco Reymundo, el célebre lexicógrafo autor del Diccionario del español actual, fallecido en diciembre de 2021. El nuevo académico se incorpora tras su elección por el Pleno de la RAE en la sesión del 8 de junio de 2023. Su candidatura fue presentada por los académicos Francisco Rico, Inés Fernández-Ordóñez y Juan GilFue este último el encargado de dar al nuevo académico la bienvenida a la institución y de responder a su discurso de ingreso.

Catedrático de la Universidad de Salamanca desde 1987, el filólogo reconoció estar "emocionado y abrumado" por su incorporación a la RAE, y expresó su "enorme deuda" para con los académicos que promovieron su candidatura, en particular a Francisco Rico, fallecido hace unos meses.

También recordó a los anteriores ocupantes de su plaza, la silla A, "una serie en la que comparecen, entre otros, don Severo Catalina, don Juan Menéndez Pidal, don Adolfo Bonilla o don Vicente García de Diego. Esa lista la encabeza don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, fundador y primer director de la Academia". 

También rememoró a su antecesor inmediato, Manuel Seco Reymundo, a quien se refirió como "un fino gramático y uno de los mayores lexicógrafos de la lengua española en el siglo xx".

El discurso de Cátedra se centró en los avatares de una obra singular y misteriosa, pues estuvo desaparecida durante más de cuatro siglosSe trata de una reedición de Los doce trabajos de Hércules, obra original de Enrique de Villena escrita en 1417, impresa en Valencia por el alemán Cristóbal Cofman el 30 de agosto de 1514 junto al tratado De regimine.



Experto en la historia literaria de la Edad Media y del humanismo y Renacimiento, Cátedra lo considera un texto "imprescindible" desde el punto de vista filológico para el estudio de la renovación de la prosa artística peninsular y del léxico castellano en los dos primeros decenios del siglo XV.





Humanizando a su "criatura", de la que amanuenses, impresores y editores serían "los parteros", Cátedra recordó que la obra original se compuso en catalán con el título Els dotze treballs de Hèrcules y que el propio Villena la tradujo al castellano apenas seis meses después.



Fue uno de los textos más reencarnados de la literatura hispana del siglo XV, pero desapareció durante 438 años, antes de reaparecer en 1952. Y es que desde 1529 y hasta finales del año siguiente la peste se encarnizó con los habitantes de Valencia y se llevó por delante también a maestros impresores como el propio Cofman.



Según Cátedra, la valoración canónica de Los doce trabajos de Hércules es "muy inferior a su importancia histórico-literaria, lingüística y socio-política".



La obra, apuntó, "contribuyó a que germinara entre los jóvenes poetas castellanos una lengua y un nuevo tipo de poesía sutil y difícil" y, por otro lado, la sistematización de Villena era relativamente novedosa en la península ibérica.



Se trata además de "una buena muestra ibérica del uso de la literatura al servicio de la personal reivindicación social y política" y la versión original catalana fue tan reconocida en el siglo XV como para haber prestado su prólogo a un clásico de la narrativa europea, Tirant lo Blanc.



Citando los diarios de Emilio Renzi, el filólogo apeló con humor a la sensación de "metamorfosearse en un libro" como "la más extremosa de las experiencias de bibliofilia fisiológica" y justificó la pertinencia de hablar de una obra singular ante "la crisis generalizada sobre el papel y la función de cualquier disciplina humanística".



Licenciado y doctorado en Filología Hispánica con premio extraordinario en la Universidad Autónoma de Barcelona, Cátedra también inició allí sus labores docentes como profesor entre 1976 y 1986.



Es catedrático en la Universidad de Salamanca desde 1987 y ha sido también profesor e investigador invitado en universidades de Europa y América, entre ellas las de Roma-La Sapienza, Parma, Paris-Sorbonne, Paris-Sorbonne Nouvelle, Colonia, Münster, Londres, Oxford, Berkeley, Columbia o Pennsylvania.



Desde 1992 es miembro de la Academia das Ciências de Lisboa; desde 2001, de la British Academy, y, desde 2008, correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.