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Más allá del repunte de nostalgia generalizada y el consumo masivo entre los adultos, la navidad suele ser un disparadero de ilusiones para los niños. Sin embargo, las fechas que ya vislumbramos también les enfrentan a uno de sus primeros desengaños. Manolito Gafotas tenía ocho años, aproximadamente la edad en la que los más pequeños descubren la terrible noticia, cuando se coló con sus novelas en los hogares de cientos de miles de españoles. El éxito llevó a Elvira Lindo, creadora del emblemático personaje, a recorrer España colegio por colegio. Una de las anécdotas más tiernas que recuerda es ver a "niños llorando al percatarse de que Manolito era una invención".

Lo que ahora nos ocupa nada tiene que ver con decepciones. La editorial Seix Barral conmemora los 30 años de la publicación de Manolito Gafotas, primera novela de una saga que hasta el momento cuenta con ocho entregas. Todas ellas han sido reeditadas para la ocasión e incluidas en un estuche imprescindible para los seguidores del ilustre niño de Carabanchel. La librería madrileña La Mistral ha acogido este martes un encuentro con la prensa previo al lanzamiento. Elena Ramírez, editora del sello integrado en el Grupo Planeta, ha celebrado el "fenómeno Manolito", que es lo mismo que hablar del "personaje más transgeneracional que tenemos". 

Prueba de ello es que distintas generaciones lo lean simultáneamente, ha apuntado Ramírez. Millones de lectores en todo el mundo —las novelas han sido traducidas a 24 idiomas— se han identificado con la personalidad de Manolito: su frescura, su tendencia a meterse en fregaos, el fascinante universo en el que habita, su jerga siempre popular y a veces exclusiva, los celos hacia su hermano El Imbécil, el amor hacia su abuelo y, en definitiva, el carácter de antihéroe que lo acompaña en cada una de sus aventuras.

Junto a la editora, la propia Elvira Lindo ha desvelado los orígenes de Manolito, nacido al calor de la radio en los años 80. Aunque al principio el personaje no tenía demasiado contorno, ya existía "una identificación de barrio, clase popular y trabajadora", ha señalado la autora. Más tarde, cuando empieza a colaborar de madrugada en Radio Nacional de España, Manolito empieza a tomar forma. Relata Elvira que, asumiendo la voz del personaje, "llamaba a la radio porque mis padres se habían bajado al bar", y se ríe al recordar que algunos oyentes se quejaron de que un niño estuviera despierto a esas horas.

Así nacen el abuelo Nicolás, procedente de Mota del Cuervo (Cuenca), Cata —su madre—, su amigo El Orejones, la taberna El Tropezón, el Parque del Ahorcado... "Todos los nombres familiares y los escenarios [...] comenzaron a hacerse visibles según yo iba necesitándolos para la narración de cada aventura", cuenta la autora en el preámbulo de la magnífica guía, titulada Manolito cumple 30, que la editorial ha editado con motivo de la efeméride. En la misma publicación, Lindo reivindica "una segunda lectura para los adultos" a través de "la manera en que el personaje contempla el mundo", uno de los grandes valores literarios de la serie.

"Manolito cumple los mismos años que mi matrimonio", ha desvelado la autora. Y es que el escritor Antonio Muñoz Molina fue uno de los que la animó a convertir a Manolito en el protagonista de una novela cuando entonces solo era su prometido. El otro instigador fue Juan Cruz, que estaba al frente de la editorial Alfaguara. El sello, hoy integrado en Penguin Random House, se hizo cargo de la primera novela, ópera prima de Elvira Lindo, en 1994.

"Cuando escribí la primera novela no me estaba buscando la vida", ha puntualizado la autora, que trabajaba como guionista, actriz y locutora de radio. Claro que, tras el éxito del libro y la explosión del personaje en el programa A vivir que son dos días de la cadena SER, dirigido por Fernando Delgado, lo dejó todo para dedicarse a escribir. "Manolito me dio la oportunidad de ser independiente", afirma, aunque "no había nada premeditado". Ni siquiera hacer un segundo libro, que no tardaría ni un año en llegar. Tres décadas después, se muestra satisfecha de no haber prestado sus opiniones al personaje: "Él tiene su mundo".

El alma del barrio

La familia de Manolito, de clase media-baja, vivía en un distrito a las afueras de la capital, Carabanchel, donde coexisten los obreros, los jubilados, las amas de casa, los drogadictos... Una fauna que sobrevive en un atrezo eminentemente urbano y popular: descampados, tiendas de ultramarinos, bloques de viviendas asépticos, una antigua cárcel... "El alma del barrio", resume la autora, que lo reivindica como "espacio político esencial".

Después de tanto tiempo, Elvira Lindo reconoce a Carabanchel, a su "gente solidaria". "No me siento extraña", asegura, lo mismo que antes "no me sentía menos que nadie por vivir en un barrio periférico", recuerda. "En aquellos 90, cuando España vivió esa burbuja que luego se acabó pinchando, se miraba con condescendencia el mundo de los barrios. Lo que ahora tenemos que defender es que no se expulse a los jóvenes que los han resignificado", añade.

Esa conciencia de clase es la que determina la jerga tan privativa de Manolito Gafotas, una de sus señas de identidad. Invoca, por supuesto, la forma de hablar en los barrios, pero también se contamina de las expresiones utilizadas por los adultos, la cultura de la televisión del momento, etc. Además de las coletillas y exageraciones que jalonan su discurso, Manolito incurre en divertidos pleonasmos ("bastante múltiple", "planeta Tierra") y redundancias ("mundo mundial", "verdad verdadera") que han calado en el habla popular.

"Manolito se explica por sí mismo, ha acabado siendo una creación de sus lectores", celebra la autora. Lo que lamenta es que los niños ahora no disfruten, en la mayoría de los casos, de una infancia similar a la que tuvo su irresistible personaje. "Tienen un exceso de actividades, les hemos generado un mundo estresante. Detesto esa educación: ¿por qué el niño tiene que saber tantas cosas desde el principio?", se pregunta. Y resuelve que "ellos no cambian tanto, los que les cambiamos la vida somos nosotros". Con todo, "no he pretendido educar a los niños, casi no he sabido hacerlo con los míos", concede.

¿Y qué será de Manolito ahora? De momento, su creadora opina que "le daría mucho miedo ver las imágenes de Valencia y que un fondo buitre comprara su casa", pues "los niños disfrutan de un sitio donde se puede vivir, donde los vecinos se conocen". Respecto al futuro, la autora ha desvelado que, con motivo de la celebración de los cien años de la radio en España, Manolito será protagonista de un cuento en el que reconocidos actores prestarán su voz a los distintos personajes. Podría ser el detonante de una nueva novela, "pero me cuesta mucho sacarlo de esa edad", confiesa. ¿Sería creíble un Manolito Gafotas adulto?