Image: Nietzsche. biografía de su pensamiento

Image: Nietzsche. biografía de su pensamiento

Ensayo

Nietzsche. biografía de su pensamiento

Rödiger Safranski

21 febrero, 2001 01:00

Traducción de Raúl Gabás. Tusquets, Barcelona, 2001. 410 páginas, 3.500 pesetas

Este libro constituye una excelente introducción a la obra de un pensador que, en su filosofía, supo ejercer como pocos la pasión por la fuerza creadora de la vida

Rödiger Safranski (Rottweil-Wörth, 1945) es autor que goza de merecida fama de poseer una escritura diáfana, capaz de facilitar a un amplio público el acceso al intrincado territorio de la literatura filosófica, y está dotado además de la rara virtud de lograrlo sin necesidad de recurrir a simplificaciones que distorsionan hasta la caricatura el nervio especulativo de un pensamiento. Precisamente en esto reside el secreto de que su éxito como divulgador no venga empañado por el juicio receloso de los especialistas: Safranski se ha formado como filósofo e historiador, pero no escribe sus textos en calidad de historiador de las ideas. Su intención no es detallar a fondo los múltiples entresijos teóricos de una filosofía, sino captar la idea-fuerza de un pensador y procurar expresarla en conexión con su contexto vital y cultural. De ahí que haya encontrado en el género de la biografía intelectual el medio más adecuado para exponer en forma narrativa el quehacer de los filósofos. Aún así, conviene aclarar que ninguno de sus trabajos es en sentido estricto una biografía, y menos que ninguno lo es éste dedicado a Nietzsche. Se trata más bien de interpretar un pensamiento a la luz de la interpretación del páthos del pensador.

En el caso de Nietzsche, correlatar vida y pensamiento parece obligado si no se quiere caer en el extremo de la sobrecarga de datos biográficos (Janz) o en el del registro esencial de sus ideas dentro de la "historia del ser" (Heidegger). Sin embargo, lo que en el Nietzsche de Safranski hay de "biografía de un pensar" no siempre se muestra igual de acertado y bien articulado que en textos anteriores. En Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía (Alianza, 1992) describió magistralmente el decorado de la fascinante época del idealismo alemán en paralelo al devenir intelectual del gran metafísico del pesimismo. En Un maestro de Alemania (Tusquets, 1997), quizá su escrito más redondo, salió airoso de la compleja labor de trenzar la personalidad soberbia de Heidegger con los avatares de su vida y el incierto carácter de su tiempo. Su Nietzsche, en cambio, resulta menos equilibrado en ese sentido. Safranski prescinde de una mayor elaboración del revestimiento biográfico en su relato de la vida de la obra de Nietzsche, cuando de hecho sigue jugando a empatizar con el filósofo para, desde ese trato singular con su interioridad, revelar las razones de su pensamiento. Por ello, a diferencia de trabajos anteriores, éste aparenta una similitud con el carácter de una monografía especializada que no hace sino poner en evidencia su difuso trazado de la evolución de las ideas de Nietzsche y, en ocasiones, su escasa originalidad interpretativa.

Pese a ello, por la intención que le es más propia, el ensayo se sobrepone a estas objeciones de detalle y alcanza su mejor tono en la recreación de la que, para Safranski, es la idea-fuerza del pensar nietzscheano: la del mundo como música, revelando su dimensión de placer vigorizante y la monstruosa desmesura de su enigma. Para quien, como Nietzsche, ha experimentado que el mundo verdadero es el de la música, el problema es cómo soportar el sinsentido de la existencia que adviene cuando la música ha cesado. Esto determina a su vez que la verdad no pueda tratarse como mero asunto teórico, sino como una cuestión que se resuelve según un criterio existencial-pragmático: "un pensamiento tiene valor de verdad en tanto es suficientemente rico en representaciones y vivificante para poder oponer algo a la tiranía del dolor, que de otro modo reivindica para sí toda la atención".

El temprano desengaño del ideal wagneriano y la subsiguiente búsqueda de un pensamiento y una escritura compuestos musicalmente, capaces de general una alta intensidad emocional, son las pistas seguidas por Safranski para acceder a la obra nietzscheana de madurez. Un hilo conductor sugestivamente expuesto, que hará las delicias del lector interesado en la figura de este espíritu libre. Quizá los más familiarizados con ella percibirán el matiz marcadamente shopenhaueriano que se asigna aquí al conjunto de la peripecia intelectual nietzscheana y, por eso, les podrá resultar discutible el intento de Safranski de salvar a Nietzsche de sus "irracionalidades" de la gran política y la voluntad de poder. Pero al margen de tan edificante pretensión de redimir a Nietzsche y hacerlo tolerable, no hay duda de que este libro constituye una excelente introducción a la obra de un pensador que, en su filosofía, supo ejercer como pocos la pasión por la fuerza creadora de la vida.