Cartel reivindicativo de los hispanos de Puerto Rico
Cuenta su autor en el prólogo que el germen de Anglohispanos fue su contribución al fallido Congreso de Valparaíso, en el marco de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas que deberían responder la pregunta "¿Y todo esto qué significa?", algo que ahora estas páginas le permiten hacer a su aire, sin límite de espacio y sin cortapisas ideológicas. Plantea Ángel López el difícil papel de España en esas celebraciones, destacando cómo aquellos procesos americanos no fueron, en realidad, procesos de descolonización al uso, sino procesos de emancipación; y plantea también el papel fundamental y cohesionador de la lengua en la construcción de la parte hispana de Ámerica, cuyas diferencias con la angloparlante eran abismales a principios del siglo XX. Pero es evidente que desde entonces la globalización ha superado los límites de cualquier imperio antiguo, como el romano, que sirve de referencia para comparaciones constructivas con este mundo nuevo.
López García-Molins construye su argumentación -que se apoya en el rechazo a las famosas tesis de Samuel P. Huntington, para quien Latinoamérica no es una civilización occidental- sobre una generosa selección de citas que nos permite seguirlo en los textos en los que basa su conversación argumentativa, con preguntas, respuestas, objeciones a los argumentos propios, etcétera, que proporcionan al libro un ritmo que facilita su lectura. Lástima que la edición haya descuidado la marca de cursivas y de "subrayados" que, en ciertos casos, se echan de menos.
La estructura de Anglohispanos se va montando sobre una serie de capítulos, en general breves y entrelazados, cuyos títulos revelan un fluido hilo argumental: Precisiones desmitificadoras. La maldita lengua. Se vende lengua mestiza de encuentro. Un cambio en EEUU: ¿demasiado bueno para ser verdad? La decadencia de Occidente. La globalización en entredicho. El ocaso de las na- ciones. Pero las lenguas resisten. Occidente y las naciones lingüísticas. La lengua, un lazo bastante laxo. Tres soluciones al problema de la lengua. Estados Unidos: la nación asustada. Planteamientos reactivos. Los nuevos bárbaros. El concepto de civilización occidental. La civilización occidental globalizada. La otra cara del espejo. Una "raza" poco racista. Una raza verbal. El mestizaje y la raza verbal. Mestizaje y melting pot. Culturas complementarias. Nacionalismo y globalización. Occidente del derecho y del revés.
López García-Molins contextualiza su tesis en unos conocimientos históricos sólidos y en una cultivada conciencia política que, juntos, sostienen la trama sobre la que reposa el análisis: los hispanos definidos por la lengua y el mestizaje; el español como lengua que en dos siglos ha conformado una verdadera raza verbal; interesantes revisiones, como la del término raza aplicado a los hispanos por sus propias asociaciones culturales y, de forma bien diferente, desde Estados Unidos. Y, a partir de ahí, la visión de los anglonorteamericanos, que se debaten entre el miedo y la fascinación por la cultura hispana, su otro lado del espejo, y la de Hispanoamérica, como lo opuesto a los Estados Unidos; el contraste de las culturas anglosajona e hispánica, culturas complementarias que -esta es la hipótesis propuesta- bien podrían dar origen a otra nueva y más poderosa, la anglohispana.
En el contexto actual, Anglohispanos tiene el mérito de distanciarse de otras argumentaciones sobre el español con una propuesta original, utópica y provocadora: que, en colaboración con las instituciones que se ocupan del inglés, la Real Academia y el Instituto Cervantes se planteen trabajar por una cultura americana común.