Image: Heroes, aventureros y cobardes

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Ensayo

Heroes, aventureros y cobardes

Jacinto Antón

12 julio, 2013 02:00

El general Cúster y Lawrence de Arabia

RBA. Barcelona, 2013. 493 páginas, 21 euros



Parece que el mercado de la crónica, tanto histórica como de viaje, vuelve a encontrar un lugar de privilegio entre los lectores de prensa española, un terreno difícil en el que la literatura latinoamericana vuelve a tomar la ventaja y la iniciativa. Puede que la exclusión del género se haya producido por una extraña cuestión de espacio y falta de tradición, pero aún así no nos ha faltado algún que otro lobo estepario. Tal vez uno de los más interesantes sea precisamente Jacinto Antón, que ya se estrenó en el formato libro en el 2009 con la antología de textos Pilotos, caimanes y otras aventuras extraordinarias y regresa ahora con Héroes, aventureros y cobardes, un libro ecléctico a medio camino entre la crónica, la reseña, la entrevista, el artículo de tema histórico y el de opinión.

Uno de los mejores aciertos de estas crónicas de Jacinto Antón, publicadas en su momento casi íntegramente en El País, es precisamente la elección del tono. Resulta extraño que un autor de la incontestable cultura enciclopédica de Antón no caiga en ese defecto tan español del pedantismo y la cursilería y opte por un tono casual, sencillo y siempre ameno. Tampoco es habitual que confiese su cobardía con tanta sencillez y prefiera ganarse la simpatía de sus lectores mostrándose de pleno antes que hacer el papel del valiente de la comitiva. Antón ha entendido perfectamente, y se nota, que la mejor manera de relatar una historia es estar apasionado por ella y que la mejor manera de apasionarse por algo es observarlo desde una perspectiva lo más humana posible. La más humana de las humanas inclinaciones, la risa, forma parte también del sello de la casa de Antón, tal vez por eso uno lea siempre estos textos tan intrigado como divertido.

El libro se distribuye temáticamente. Comienza con un apartado sobre Historia Antigua (Egipto, Roma, Alejandro Magno...) que da paso al verdadero territorio de las crónicas; los exploradores, aventureros, historias polares, guerras, soldados, héroes y cobardes… y el sempiterno Tercer Reich y los jerarcas nazis a los que siempre acaba volviendo una y otra vez. Jacinto Antón tiene un auténtico ojo clínico para narrar la aventura desde su lado menos aparatoso y una atracción particular para girar alrededor del tema de la valentía y la cobardía tanto como accidentes como maneras de estar en el mundo. Uno podría, por poner un ejemplo reseñado en el libro, relatar el suicidio del capitán Oates para aumentar las probabilidades de supervivencia de la comitiva de Scott al Polo Sur de muchas maneras, pero él elige aquí comenzar con las últimas palabras que se le oyeron con vida al capitán antes de salir a una temperatura de 40 grados bajo cero: "Voy a salir, puede que tarde un rato". Ése es el tono por el que acaba optando Antón, el de una leve y humanista ironía que tiene mucho más que ver con el amor a lo accidental de los triunfos humanos que con la risa sardónica.

Ésa es la razón también por la que la muerte de su Hamster Robespierre (que acaba alimentando la vida de otra mascota doméstica) tiene la misma importancia que la del cobarde del Titanic, el de la guerra Zulú, o el que acompañaba al general Custer, Lawrence de Arabia o Ernst Schäffer. Dicho sea de paso, las entrevistas recogidas aquí son una delicia: Jan Morris, Robin Lane, Zahi Hawass, Gitta Sereny… Jacinto Antón tiene sin duda aquella cualidad que tanto se le atribuía a Whitman y que seguramente es una de las mejores virtudes humanas: la de hacer hablar a la gente de lo que más sabe.