Una de las famosas arañas de Bourgeois

Traducción de F. Corriente Taurus. 496 pp., 22 e. Ebook: 10'99 e.



¿Es posible escribir sobre arte moderno de forma solvente sin ser pomposo, oscuro o reaccionario? El libro de Gomperz, que durante siete años se ocupó de la comunicación de la Tate Modern y actualmente es director de arte de la BBC lo consigue bastante bien. En 470 páginas recorre el camino que lleva desde el Impresionismo hasta la actualidad, contando de forma entretenida lo que hemos leído muchas veces en versiones unas veces superficiales y otras soporíferas. El mérito de Gomperz es sin duda haber sabido combinar la información veraz con un anecdotario vívido e ilustrativo. También su capacidad de recrear (o directamente inventar) situaciones que fueron capítulos clave del arte moderno y que así vivimos en primera persona.



Todo ello no deja de ser recursos de estilo de un consumado divulgador, que incluso se apuntó a un curso de stand-up comedy (El Club de la Comedia) para explorar cómo hablar del arte con humor. Pero el libro se convierte en una obra con personalidad intelectual propia cuando advertimos que Gomperz no se conforma con la versión más popular de un hecho o cuando profundiza en el análisis de una obra. Por ejemplo, su interpretación del Pop Art relativiza el peso que habitualmente se le da a la facción norteamericana y apoyándose en la estricta cronología devuelve al movimiento su sentido original: la fascinación por los objetos de consumo (la mayoría made in USA) en una Europa devastada por la II Guerra Mundial. Luego, los jóvenes estadounidenses que lo practicaron, aunque se les tomó al principio por neodadaístas, no hacían otra cosa que una crónica visual de la sociedad de su tiempo, con el mismo vigor que en su día lo hicieran los pintores impresionistas. Ese sesgo europeo está presente en todo el libro y matiza una historia del arte contemporáneo que suele escribirse con perspectiva gringa. Me ha recordado a otro libro recientemente aparecido y poco mencionado: la notable Sucinta historia del Arte Contemporáneo europeo de Javier Maderuelo, que ya desde el título avisa de su perspectiva.



Gomperz comete, creo, algunos errores de bulto, como afirmar que la alianza de productivismo y comunismo selló la relación del arte con la izquierda. Se olvida de la relación de Courbet y la Comuna o de William Morris y el socialismo utópico. Realiza interpretaciones más personales cuanto más nos acercamos al presente. Creo que exagera la importancia de los Young British Artists, cuya aportación como artistas es menos relevante que como estrategas para lograr buenas posiciones en el escenario. También me parece discutible su formulación de un denominador común para el arte de las décadas recientes: el empresarialismo como último ismo, una vez que el postmodernismo es ya cosa del pasado. Pero en cualquier caso este último es un intento de análisis valiente y argumentado, que historiadores "serios" no se han atrevido a hacer. Otros rasgos que lo hacen especialmente atractivo son la integración de la arquitectura en el desarrollo de los movimientos artísticos y la capacidad de Gomperz de mostrar la penetración de estos movimientos en otras manifestaciones de la cultura: cine, diseño y moda.



Para terminar, tengo que señalar alguna errata o la equívoca afirmación en la solapa de que el autor fue director de la Tate Modern. Por contra, el libro nos ofrece un impagable índice onomástico y un estupendo mapa del arte moderno, con el diseño del mapa de Londres. Coherente con el tono de la escritura, acompañan a ésta chistes gráficos de Pablo Helguera, artista mexicano creador de la Escuela Panamericana del Desasosiego. La traducción de F. Corriente es tan eficaz como suelen ser las suyas, aunque aquí haya tenido que combinar el lenguaje de pub con el del historiador del arte.