Dionisio Ridruejo y Pedro laín Entralgo
La primera edición de Falange y Literatura apareció en 1971, en la extinta editorial Labor y en una colección literaria que dirigía Francisco Rico. Aun tratándose básicamente de una antología, con un esclarecedor estudio preliminar, tuvo un gran impacto en su momento y durante muchos años constituyó una referencia insoslayable no sólo para los estudiosos de la literatura española entre los años veinte y el decenio de los sesenta, grosso modo, sino para todos los que se interesaban por la cultura, la ideología y hasta por la política del primer franquismo. Su autor era entonces un joven y poco conocido profesor de Literatura que, con el tiempo, se iba a convertir en una autoridad en la historia literaria de España de los dos últimos siglos, José-Carlos Mainer (Zaragoza, 1944).Responsable, en efecto, de una de las más sólidas y extensas producciones bibliográficas sobre las letras hispanas recientes, Mainer ha sabido combinar en sus trabajos una erudición impresionante con una gran capacidad divulgadora, del mismo modo que sus análisis literarios, lejos de limitarse a los aspectos técnicos o formales de las obras, siempre han dibujado con precisión el contexto social y político en el que se mueven sus autores.
De todo ello es buena muestra este libro, una engañosa segunda edición que no puede ser más oportuna. Decimos engañosa porque este volumen, tanto en su amplia (casi 200 páginas) y espléndida introducción como en su contenido, es más un ejemplar de nuevo cuño que una mera adaptación del que vio la luz hace más de cuarenta años. El mismo autor reconoce en una nota preliminar que la nueva redacción es mucho más extensa y que "no ha dejado línea sin ampliación ni dogmatismo sin atenuante". El esquema, eso sí, sigue siendo el mismo: un cuidadoso análisis previo y una certera selección de textos. La alusión que hemos hecho a su oportunidad no necesita glosa alguna, pues se comprenderá que el tomo primigenio era prácticamente inencontrable, más allá de algunas bibliotecas y librerías de viejo.
Pero es que además, como bien puede barruntarse, la bibliografía sobre el tema en estas últimas cuatro décadas ha sido copiosa (Carbajosa, Mechthild, Jordi Gracia, Martínez Cachero, Trapiello…) Mainer no sólo recoge en su documentado estudio preliminar esas aportaciones sino que hace una relación bibliográfica actualizada y comentada. Los ocho epígrafes que vertebran la antología propiamente dicha (desde 'los precursores' al 'humor y la fantasía', pasando por las 'memorias generacionales', la 'guerra y los héroes'" o los 'caminos para el arte') tienen a su vez, cada uno de ellos, unas breves páginas de presentación.
En consonancia con lo que antes se decía sobre el enfoque pluridisciplinar de Mainer, conviene también dejar claro que en estas densas páginas va a encontrar el lector mucho más de lo que dice el título. Aquí no solo aparecen la Falange y los falangistas sino otros muchos autores (conservadores, católicos, integristas, simples franquistas) que buscaron su lugar bajo el sol de un régimen autoritario y dogmático pero hasta cierto punto ecléctico. Por haber, hubo hasta quienes (Laín Entralgo) aspiraron a presentarse como herederos o continuadores de una tradición anterior (en particular el 98 y Ortega). Y tampoco se habla solo de literatura en sentido estricto, sino de empresas literarias y culturales, de diarios y revistas, de ensayo, filosofía y política. Dar cuenta de ese abigarrado panorama es imposible en esta breve nota. De la elitista Escuela Romana del Pirineo a la popular La Ametralladora, cupo casi de todo, como el belicismo exaltado de García Serrano o Ximénez de Sandoval, la alta cultura de Escorial, la brocha gorda de Tomás Borrás, las excentricidades de Giménez Caballero, el terror rojo según Foxá, la ambigüedad de Eugenio d'Ors o el refinamiento de Antonio Tovar, Luis Rosales o Luis Felipe Vivanco.
Se dieron también, naturalmente, trayectorias disímiles, desde los que tuvieron que acomodar su 'idealismo' fascista de primera hora a las exigencias del régimen hasta los que se pasaron a la oposición democrática o protagonizaron una aparatosa disidencia (Dionisio Ridruejo). De todo ello y de mucho más da cuenta Mainer en este volumen muy recomendable.