José Luis Rodríguez Zapatero

Planeta. Barcelona, 2013. 340 pp., 22 e. Ebook: 9'99 e.

Como si se tratase del cold open de una serie de televisión, primer fragmento de un episodio cuyo fin es enganchar a la audiencia, Rodríguez Zapatero comienza estas páginas desplegando el momento más dramático de su carrera política. Es la mañana del 12 de mayo de 2010 y debe informar al Parlamento de las reducciones presupuestarias acordadas por los jefes de gobierno de la zona euro el 7 de mayo, que dos días más tarde serían concretadas en la reunión de ministros de Economía. "Apenas dormí esa noche del 11 al 12 de mayo de 2010. De madrugada releía el discurso que debía pronunciar en el Congreso".



Congelar las pensiones o reducir los salarios de los empleados públicos para 2010 y congelarlos para 2011 fueron dos medidas de ahorro de un abanico que causó estupor en la opinión pública y miedo en los cuadros del PSOE. Era evidente que las elecciones ya no se podían ganar y, en efecto, apenas un año más tarde el quinto presidente del Gobierno democrático de España convoca elecciones anticipadas para noviembre de ese mismo año. La derrota de Rodríguez Zapatero (Valladolid, 1960) supone, en primer lugar, entregar la mayoría absoluta al Partido Popular de Mariano Rajoy y, en segundo término, sumir al socialismo español en una profunda crisis. Tony Blair, que participó en la presentación madrileña de este volumen, pasó por el mismo trance, perder las elecciones y dejar en la miseria al Partido Laborista.



Dada la compulsiva necesidad que tiene la mayoría de ex presidentes de gobierno de justificarse, se entiende que estemos ante un texto cuyo hilo conductor discurre por las medidas que en su segundo mandato (2008-2011), y con una mayoría más amplia que en el primero (2004-2008), tuvo que ir tomando José Luis Rodríguez Zapatero. Las páginas de El dilema trascurren tratando de justificar las políticas de recorte presupuestario, eso sí, pasando de puntillas por medidas sin efecto económico real como el conocido Plan E. Al mismo tiempo, el autor hace guiños a las generosas políticas sociales del primer mandato (2.500 euros por recién nacido, entre otras).



Al situar su narración en el marco de la política económica internacional, el autor encuentra el perdón en la globalidad de la crisis. El dilema no era tal, apenas quedaban resquicios de libertad en un horizonte impuesto por el dinero.