Zavala afirma haber accedido por primera vez a documentos "inéditos" que evidenciarían, con "irrecusables argumentos", "la santidad de Isabel". No parece que esta tesis de partida ofrezca las mejores perspectivas a un trabajo historiográfico. Y sin embargo, esta biografía, más allá de las alharacas publicitarias y de lo que debe al proceso canonizador, presenta cuestiones de interés. En lo que respecta, por ejemplo, a la "irresistible" personalidad de su católica majestad. O el terrible dolor que le causó la muerte de alguno de sus hijos.
Pero luego el libro se lanza por la arriesgada pendiente de la desmitificación aventurada con la intención de enmendar la plana a generaciones de historiadores desde cuestiones bien asentadas como "la llamada expulsión de los judíos" hasta los "falsos planteamientos" del fenómeno de la Inquisición. La historia que cuenta Zavala es atractiva y está bien contada pero debiera leerse con cierta dosis de escepticismo.