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Traducción de Miquel Salarich. Inédita Editores, Madrid. 637 páginas, 33 euros

Desde que se inició la última ofensiva israelí contra Gaza, el 8 de julio, el teniente coronel Peter Lerner, portavoz de Tsahal, el ejército israelí, se ha convertido en la voz más conocida de Israel. Sorprendente tal vez para extraños, pero normal para un país donde la guerra, la defensa y la seguridad han ocupado siempre un lugar preponderante en la organización institucional y en la opinión pública. Prioridad que ha llevado a observadores de prestigio como Alain Dieckhoff a decir que "mientras en la mayoría de los países el Estado dispone de un ejército, en Israel es el ejército el que tiene un Estado".



En Tsahal. Nueva historia del ejército de Israel, Pierre Razoux, historiador especializado en conflictos y director entre 2007 y 2012 del área de investigación del Colegio de Defensa de la OTAN,ha logrado una de las radiografías más completas de ese ejército: sus antecedentes, su historia, el abismo que separa el mito de la realidad, el contexto en el que ha evolucionado, su estructura pasada y presente, su liderazgo y las complejas relaciones que ha mantenido con los demás actores israelíes, regionales e internacionales hasta llegar a ser lo que hoy es.



"Es el fruto de veinte años de investigaciones que me han llevado de París a Tel Aviv pasando por Washington, Oslo, Londres,Túnez, Jerusalén y los campos de batalla de Cisjordania, del Golán y del Sinaí", escribe el autor en el prólogo de la obra, traducida al castellano por Miqel Salarich siete años después de ver la luz en francés.



Aunque el tiempo transcurrido no reduce lo más mínimo su calidad, validez e interés, la edición española se hubiera enriquecido con un nuevo capítulo o un epílogo más amplio, en vez de las cuatro citas a pie de página. El libro se divide en tres partes, organizadas en 17 capítulos, que cubren desde el siglo XVI antes de Cristo hasta 2007, y se completa con 19 anexos, 13 mapas y una cronología.



En la primera parte se describe la transformación de unas fuerzas clandestinas en las fuerzas armadas de un Estado acosado por sus vecinos. Su introducción es una síntesis, a partir del Génesis, los Libros de Josué y de Samuel, y obras magistrales como Les Guerres Bibliques, de Herzog y Guichon, de las lecciones aprendidas por Tsahal en las campañas militares de los israelitas en la Antigüedad. Se cierra en la campaña del Sinaí de 1956. La segunda se dedica al triunfo de Tsahal, que, tras la Guerra de los Seis Días, se convierte en un referente de excelencia para los estrategas de todo el mundo a pesar de los malos resultados obtenidos en la Guerra del YomKippur (1973). En la tercera parte se describe la crisis interna israelí y de su ejército tras la Guerra del Líbano, a comienzos de los ochenta. Recoge dos de las cuatro ofensivas lanzadas contra Gaza desde 2000 y apenas roza la revolución geoestratégica regional producida por la fallida sacudida árabe desde 2011.



Termina, en realidad, con el final político de Ariel Sharon tras el infarto cerebral que sufrió el 4 de enero de 2006. No es casualidad, pues "Sharon fue posiblemente el único oficial (jefe de Estado Mayor, ministro de Defensa y Primer Ministro) que supo encarnar las características de un táctico, un estratega y un visionario", dice el autor, las tres categorías de liderazgo militar de Israel desde su independencia. "Ni Moshe Dayan ni Yitzhak Rabin consiguieron dominar los tres registros al mismo tiempo", escribe.



Históricamente, primero aparecen los visionarios (Ben Gurion, Laskov, Rabin, Peres, Weizman y Yaalon). Después vienen los estrategas (Yadin, Dayan, Zeevi, Hod y Bar-Lev), que consolidan la reputación de Tsahal y se imponen como jefes de guerra en muchas ocasiones. Cierran la lista, en los 35 años siguientes, los tácticos, sin la visión de los primeros ni la concepción global de los segundos. Se han dedicado a administrar los éxitos de sus predecesores, a organizar retiradas parciales de algunos de los territorios conquistados en 1967 y, entre crecientes errores y fricciones internas, a impulsar la modernización militar.



Objetiva y crítica cuando debe serlo, huyendo del botafumeiro, estamos ante una obra indispensable para conocer las raíces más profundas de la realidad israelí y de Oriente Próximo, la influencia de las grandes potencias, la importancia del factor nuclear, el funcionamiento y el peso de los servicios de espionaje, la obsesión israelí con la información y la censura, y el impacto del terrorismo en Israel y en sus vecinos.



A partir de 246 fuentes -algunas desclasificadas en los últimos años y perfectamente ordenadas anexos al final del texto- el autor ha logrado una obra que, aparte de lo que enseña, abre nuevos caminos para seguir investigando.