Multitud antes del concierto de Green Day en Madrid (2005)

Libros de K. O. Madrid, 2014 245 páginas, 15 euros

Madrid ya no es el poblachón manchego de Mesoneros Romanos. No enamora a primera vista pero se ha consolidado como una ciudad capaz de seducir a mucha gente. En la lista anual de mejores urbes para vivir que elabora la prestigiosa publicación mensual Monocle aparece mejor colocada que Barcelona. Quizá por eso, la literatura en torno a la capital de España no hace sino aumentar a pasos de gigante. Ya sean historiadores como Santos Juliá o el norteamericano Ringrose, novelistas como Carmen Posadas, fotógrafos o dibujantes, "el foro" despierta cada vez más interés en múltiples ámbitos.



A fuerza de gracia, mucho descaro y una más que buena labor editorial, Raquel Peláez (Ponferrada, 1978) ha escrito un libro que merece un hueco en el estante de los mejores volúmenes que en torno a Madrid se han escrito este año. Periodista con un master del London College of Communication llega, en autobús, a Madrid en 2009. Sus primeros movimientos son buscar un piso compartido y ponerse a escribir un blog, milodonymadrono.com. En su inseparable ordenador narra los avatares de una chica socialdemócrata de provincias abriéndose paso en la gran ciudad. Trabajando ya para Vanity Fair recibe el encargo de poner en formato libro sus agudas e irónicas reflexiones. Con un prólogo de Santiago Lorenzo e ilustraciones de Zapico, el resultado es un volumen que el lector no suelta hasta el final.



Aunque el horizonte de Raquel Peláez es Madrid, sus alrededores y la sierra de Guadarrama, su punto de vista es el de una mujer en la treintena con ganas de comerse el mundo que ha dejado atrás los complejos de la generación anterior. En ese sentido, el lector se encuentra ante un texto cargado de autobiografía, que se lee acompañado de las manías, los mitos y la mentalidad de la época que le ha tocado vivir a la autora. La ciudad queda escudriñada en sus rincones, en sus habitantes y en su idiosincrasia. Todo bien regado de datos y deliciosas anécdotas. Entreveradas en el texto quedan tres cartas que le dan vigor. Destinadas a los héroes madrileños de la autora: David Summers, Javier Marías y Christina Rosenvinge. Del primero, guapo entre los guapos, queda el asombro de haber vendido en su primer disco 400.000 ejemplares. Por Javier Marías se le cae la baba: "Eres a Madrid lo que Murakami a Tokio". Su última misiva expresa admiración por la belleza, el estilo y el poderío de la cantante.



El recorrido de Raquel Peláez tiene la virtud de mezclar los aspectos más evidentes de la ciudad con los que acostumbran a pasar desapercibidos. Si la referencia a la Puerta del Sol es obligada, diseccionar Ciudad Pegaso es una rareza que agradece el lector.Multitud antes del concierto de Green Day en Madrid (2005) Por otro lado, el horizonte de barrios, calles, bares y garitos queda enriquecido por los personajes que los han vivido. La música está siempre presente, de Loquillo a Burning pasando por los de La Movida. Se cierra este volumen con unas páginas dedicadas al incendio del edificio Winsor. Un misterio tan evidente para la autora como el maravilloso cielo azul de Madrid.