Trad. de Gabriel García Santos. Confluencias, 2014. 464 pp., 25 e.

Hay artículos muy buenos en esta recopilación del director de la legendaria película documental Shoá -del que a menudo se olvida que fue también un excelente periodista- pero un puñado de ellos, los que se reúnen en el capítulo Retratos son obras maestras de la profesión. Claude Lanzmann (París, 1925) los publicó mayoritariamente en la revista Elle y la galería de nombres es impagable: Richard Burton, quien le deja tirado en una entrevista "porque no puede hacer esperar a Liz"; Jean-Paul Belmondo, "soldado, ganster, seminarista"; Serge Gainsnsbourg, "el acreditado seductor de orejas de soplillo"; o Jean Paul Sartre, "viajero sin billete, sin sentido de la existencia, nada en las manos, nada en los bolsillos, tan desposeído a los cincuenta y ocho años como lo estaba a los ocho".



Lanzmann nos ofrece aquí veinte años -entre 1950 y1970- de lo que llama "periodismo alimenticio", pero después avanza en el tiempo, hasta el estreno en 1985 de esa obra cinematográfica capital sobre el Holocausto que es Shoá, para brindarnos textos desconocidos sobre el rodaje de su película y sobre las repercusiones y debates que propició. Destaca especialmente una exquisita y demoledora crítica a La lista de Schindler, un filme "distorsionante", "ambiguo hasta lo peligroso". "Nada de lo que pasó se semeja a eso, por más que todo parezca auténtico". Lanzmann en estado puro en el libro que probablemente sea el último de un hombre justo.