Henry Kamen
Especial: Leer Cataluña
Desde hace bastantes años, Kamen ha trabajado y vivido en Barcelona, lo que aumenta su autoridad para opinar sobre "la cuestión catalana", a la que ha dedicado numerosos artículos en el diario El Mundo, a varios de los cuales se refiere en el libro. Además de ser un observador cualificado, lo hace desde la lejanía propia de un extranjero, ajeno por tanto a priori a los sentimientos que pueden empañar el juicio tanto de los catalanes como del resto de los españoles. Su estudio no pretende ser una investigación ni va dirigido a especialistas, sino un ensayo sin apenas referencias bibliográficas, pensado para ese gran público al que sabe llegar con facilidad. Ello aumenta el riesgo propio de los divulgadores, especialmente los más prolíficos: generalizaciones arriesgadas, verdades a medias, e incluso afirmaciones incorrectas, entre las que citaré la de que "las tres provincias vascas reconocían la soberanía de los reyes de Castilla, pero en realidad eran independientes...". La dificultad de divulgar cuestiones complejas, junto a la propensión a una cierta originalidad, explican tales inexactitudes.
El libro puede dividirse en tres partes diferentes. La primera aborda las relaciones Cataluña-Castilla/España en los primeros siglos de la Edad Moderna. La segunda se centra en los años de la guerra de Sucesión, y especialmente el entorno de 1714. La tercera está dedicada a la Cataluña de los siglos posteriores, hasta la actualidad, con un análisis de las diversas cuestiones vinculadas al desafío independentista. Sin duda alguna la mejor es la segunda, en la que con gran conocimiento de causa critica las "mentiras" creadas intencionadamente por el nacionalismo, la increíble manipulación histórica que denuncia también en las otras dos partes, con numerosos ejemplos concretos de políticos, instituciones, historiadores, libros, páginas Web, folletos de propaganda turística... La conclusión son unas reflexiones sobre la inviabilidad del proceso, pero lo más importante no es su documentada postura al respecto, sino algo que debería hacer reflexionar a los historiadores nacionalistas: el hecho de que ni Kamen ni ningún historiador extranjero conocedor de la historia de Cataluña avale las manipulaciones que realizan. Claro que la distorsión de la historia tiene una finalidad muy clara: la "causa nacional", pues como el autor señala al final con pesimismo: "el futuro de un país nunca está en manos de aquellos que están bien informados. Casi siempre es la mayoría desinformada la que toma decisiones, a menudo en nombre de la democracia, y aquellos a los que la mayoría vota para que ostenten el poder son las personas finalmente responsables".