Una imagen de la versión de Romeo y Julieta de Zeffirelli

Anagrama. Barcelona, 2015. 248 páginas, 18'90€. Ebook: 9'99€

Los profesores Jordi Balló y Xavier Pérez, de la Universidad Pompeu Fabra, son autores de dos libros fundamentales y perfectamente complementarios entre sí: La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine (1997) y Yo ya he estado aquí. Ficciones de la repetición (2005), ambos publicados por Anagrama, dos libros que merecen ya la condición de clásicos dentro del ensayismo cinematográfico.



Ahora, en la misma editorial, publican El mundo, un escenario. Shakespeare: el guionista invisible (2015), que triangula con los anteriores. La semilla inmortal exploraba los esquemas básicos de más de veinte relatos, en efecto, seminales, esto es, relatos que, procedentes de la tradición popular o/y, sobre todo, cuajados en obras señeras de la ficción clásica han servido y siguen sirviendo de fuentes argumentales, con las variables oportunas, de la ficción cinematográfica contemporánea: de la busca del tesoro y el regreso al hogar a la creación de vida artificial y el descenso al infierno, pasando por las peripecias de la mujer adúltera, el seductor o el ser desdoblado.



En La semilla inmortal, Balló y Pérez dedicaban tres capítulos a analizar los rastros de sendas obras de Shakespeare: El sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta y Macbeth, que los autores tomaban como paradigmas seminales (argumentos, personajes, tramas), respectivamente, de las películas sobre el amor voluble y cambiante, el amor prohibido y el ansia de poder. La consolidación del adjetivo "shakespeariano" para calificar películas cuyas hechuras evocan al dramaturgo isabelino les ha llevado ahora, entre otras razones, a poner el foco en Shakespeare como, según indica el claro subtítulo del libro, el "guionista invisible" de muchas películas del presente y del pasado.



Sin embargo, no es objetivo de El mundo, un escenario ni estudiar las adaptaciones de obras de Shakespeare a la pantalla, ni capturar argumentos shakespearianos en el cine contemporáneo, aunque los autores hagan esporádicas menciones a lo uno y a lo otro. El objetivo de Balló y Pérez es, por así decirlo, menos obvio y más arduo e interesante. Lo que ahora estudian son las estructuras, situaciones y procedimientos dramáticos, estilísticos y narrativos que Shakespeare utilizó en sus comedias y tragedias para indagar en las películas que, por determinación expresa de sus guionistas y, especialmente, porque tales herramientas forman parte de un acervo universal consolidado, recurren a las técnicas utilizadas por el dramaturgo.



Así, el recurso a comenzar un relato "in media res" -con la historia ya empezada-, la trama coral, el dispositivo circular, el monólogo o el diálogo como motor de una escena son algunos de esos procedimientos shakespearianos que Balló y Pérez describen y comentan, primero, y glosan después en las películas -más de trescientas- en las que los han detectado.



Hitchcock, Godard, Kubrick, Bergman, Scorsese, Allen, Pasolini, Kurosawa y Coppola son algunos de los directores, entre otros muchos, en los que Balló y Pérez encuentran los trazos, como "guionista invisible", de William Shakespeare.



No son pocas las alusiones a los dramaturgos de la antigüedad griega a lo largo del libro, pero, tal vez, hubiera sido justo y conveniente explicitar con cierto detalle en capítulo aparte (quizás introductorio) las fuentes clásicas que Shakespeare utilizó y transformó. E incluso las estrategias comunes a Shakespeare y a otros dramaturgos isabelinos como Christopher Marlowe y Ben Jonson. Por momentos -y por poner alguna pega a este libro esclarecedor, fecundo, ameno y apasionante-, algunas concordancias o presuntos calcos de los procedimientos shakespearianos tienen la pinta de ser meramente analógicos o fruto de la mayor casualidad. Uno no ve claro, por ejemplo, que la coralidad de Shakespeare permita estrictamente traer a colación la coralidad de Berlanga, aunque todo puede discutirse.



La investigación -con amplio arsenal bibliográfico- de Balló y Pérez, como sucediera en Yo ya he estado aquí y como ahora es imprescindible, abarca a un buen número de series televisivas (Breaking Bad, The Wire, Los Soprano, Juego de tronos...) de los últimos años.