Jorge Semprún. Foto: Reuters

Prólogo de M. Vargas Llosa. Traducción de Javier Albiñana. Tusquets, 2016. 133 páginas, 14'50€, Ebook: 9'49€

En el verano de 2005 Jorge Semprún (1923-2011) comenzó a escribir en París estas páginas. En la culminación de una azarosa existencia que pasa por la Resistencia francesa, por el campo de concentración de Büchenwald, por la vida clandestina de un cuadro del Partido Comunista Español (PCE) en la España de Franco y por la Transición como ministro de Cultura, quiere ordenar, reescribir y recuperar los recuerdos de una vida que le ha proporcionado material literario desde que en 1963 publicase Le grand voyage (El largo viaje, Tusquets, 2004). Más de veinte libros y numerosos artículos, entrevistas, coloquios y conferencias acreditan a un autor que escribe en francés pero mantiene la nacionalidad española hasta su muerte.



Lo que en el 2005 se proyectaba como una obra de largo aliento estuvo sujeta a diversos contratiempos . En 2006 sufrió una intervención quirúrgica derivada de problemas circulatorios. Un año más tarde fallece su segunda esposa, Collette Leloup, quien deja el enorme vacío que produce una relación que además de amorosa es también intelectual e ideológica. Su único hijo Jaime muere en 2010 y un año más tarde, pasa en París a mejor vida dejando entre sus papeles y documentos este texto y otras páginas publicadas en 2013 bajo un título que refleja bien su pensamiento: Le langage est ma patrie.



El juego de memoria que nos conduce a lo largo de este centenar de páginas sin pausa ni división, opera como una narración asociativa anclada en espacios y tiempos concretos. Nada que ver con el orden lineal de la novela clásica de Balzac. En esta ocasión, Semprún arranca su inventario de recuerdos en el mítico bar del Hotel Lutetia. Declarado Monumento Nacional en 2007, es una leyenda en París. Por su barra y sus mesas, siempre en penumbra, han pasado y dejado, entre otros, testimonio Picasso o Samuel Beckett. Durante la ocupación alemana era un espacio que el joven Jorge Semprún, enrolado ya en la resistencia francesa, debía evitar porque era la sede de la Abwehr, eficaz instrumento del espionaje y el contraespionaje del Estado Mayor del Ejército Alemán.



En el Lutetia, como marco del recuerdo, comienzan a desgranarse los años de la clandestinidad y el brutal momento de su detención y traslado a Büchenwald. La reflexión sobre la tortura y los métodos de la Gestapo iluminan la capacidad de maldad y sufrimiento del ser humano. No obstante, para sorpresa del lector, Semprún convierte el dolor de los interrogatorios en un canto a la solidaridad que permite salvar a los camaradas a costa de mantener un silencio que podía conducir a la muerte.



Madrid es tras el Lutetia y Büchenwald el tercer escenario del relato. En 1953 el PCE le envía a España para coordinar la resistencia comunista al régimen de Franco. Aunque utiliza diferentes seudónimos, Federico Sánchez es el que prefiere y con el que titulará el premio Planeta de 1977, Autobiografía de Federico Sánchez. En 1993 saldrá en Tusquets Federico Sánchez se despide de ustedes. Son los dos únicos libros escritos en español.



En una España que no le gusta en ningún sentido, Jorge Semprún se las apaña para no ser detenido y llegar a lo más alto de la estructura organizativa del PCE. En 1962, Santiago Carrillo, convertido en secretario general del PCE, le retira injustamente su confianza, le obliga a volver a Francia y le expulsa del PCE, junto a Fernando Claudín. Aquí se cierran las penetrantes páginas de un testigo excepcional del siglo XX.